“Con Fe recia, esperanza viva y caridad ardiente”
Por: Julio César Salas.
Durante la homilía que el Papa Benedicto XVI ofreció en honor a la Virgen de Guadalupe el pasado 12 de diciembre en El Vaticano, pidió que las familias evangelizaran “con Fe recia, esperanza viva y caridad ardiente”.
Esta frase la tomaron como estandarte de bandera las hermanas María del Carmen Chávez de Nieto y María de Jesús Rodríguez quienes tienen dos grupos religiosos ambos orientados al matrimonio, sólo que una en León y otra en Culiacán, Sinaloa.
Cuando supieron que el Papa Benedicto XVI se trasladaría el pasado sábado por tierra a la ciudad de Guanajuato, dejaron todo lo que estaban haciendo y se apresuraron a salir a la calle para verlo pasar.
Tomaron unas pancartas y en ellas escribieron: “Juan Pablo II abrió nuestros corazones y tú los llenaste”, y otra que resultó ser la bandera de los grupos católicos: “con Fe recia, esperanza viva y caridad ardiente”.
María de Jesús vino desde Culiacán, Sinaloa a ver al Papa, y se instaló en casa de su hermana María del Carmen en la colonia Del Moral II.
María de Jesús forma parte del Club Serra en Culiacán, que promueve las vocaciones sacerdotales y religiosas. A nivel internacional tienen más de 20 mil integrantes.
Su hermana María del Carmen desde hace diez años pertenece al grupo Esposas Católicas en la ciudad de León, con más de 400 integrantes.
Desde que María de Jesús llegó a León el pasado jueves, participó en las vallas que vieron pasar al Sumo Pontífice por el Colegio Miraflores; las tres hijas de María del Carmen: María del Rocío, Carmen y Anna María participaron de manera activa en la llegada del Papa. Son una familia que vive con intensidad su religión.
El sábado, mientras María de Jesús estaba cocinando en casa de su hermana, escuchó que el Sumo Pontífice pasaría en un auto cerrado en lugar de irse en helicóptero como originalmente estaba programado.
“Yo aventé lo que tenía en las manos y les dije a todos que saliéramos a verlo, tenemos que aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten para estar cerca de él”, dijo María de Jesús.
Vieron pasar al Papa en la esquina del Bulevar Campestre y Las Torres; la curva que hacen ambas esquinas permitió que el auto Mercedes negro en que viajaba Su Santidad disminuyera un poco su velocidad.
Lo vieron, dicen, que a los ojos: Se emocionaron casi al borde del llanto de emoción y alegría.
En medio de los gritos, banderas agitándose, aplausos y emoción, las hermanas sintieron que en su corazón había una nueva fuerza, una luz que motivaba a seguir predicando el amor en sus respectivas familias.
Para María del Carmen hay una razón todavía más profunda que ver al Papa Benedicto XVI: llevar su palabra.
“Tenemos la misión de llevar su palabra como iglesia doméstica, como madres, esposas y mujeres católicas. Venimos a aprender de su palabra, esa palabra de esperanza que nos trae el Vicario de Cristo: tenemos que evangelizar a las familias”, dijo.
La agrupación de Esposas Católicas se formó en 1986 y desde hace 26 años tratan de fomentar el amor en las familias.
“Las esposas somos los pilares de las familias, como madres nosotras vamos a evangelizar a nuestras familias, a nuestros hijos y esposos para después llevar este mensaje a nuestra ambiente social.
“Y también somos misioneros porque llevaremos la palabra de Benedicto XVI: con fe recia, esperanza viva y caridad ardiente como lo dice el Vicario de Cristo”.
Y a pesar de que se dice que hay crisis en las familias, para las hermanas Chávez Rodríguez saben que su misión ahora es retomar la palabra de Benedicto XVI con fuerza mayor, con la misma intensidad que las recorrió cuando lo vieron pasar por las calles de León.
