Esfuerzo. Desde hace 43 años, Toñita trabaja en su puesto del Mercado Juárez y asegura que aún no piensa en el retiro.
A sus 61 años de edad, Antonia García Ortega tiene 12 hijos, 21 nietos y seis bisnietos. Este 28 de agosto es Día del Abuelo y tiene mucho que festejar en compañía de toda su familia.
Desde hace 43 años, Toñita vende hierbas en el Mercado Juárez, además de piedras, veladoras, entre otras cosas para la buena suerte y el amor. Dice que tenía 18 años cuando su suegra les dejó a ella y a su esposo el puesto en este lugar.
Se convirtió en madre por primera vez a los 18 años de edad, "es que a mi marido le gustaban mucho los niños y gracias a Dios con el trabajo del puesto los pudimos sacar adelante".
Los hijos de Toñita son: Alejandra de 43 años de edad, José Guillermo de 42, María Elena de 21, Guadalupe de 39, Carlos de 37, Juana María de 35, José Manuel de 32, Rosalinda de 30, las mellizas Estefania y Priscilla de 29, Marco Antonio de 27, además de una pequeña de nombre María que murió a los seis meses de nacida.
CON CUNA Y ANDADERA EN EL PUESTO
También tiene 21 nietos y seis bisnietos. "A veces se me olvidan los nombres de mis hijos, con tantos ya no si ni quién es quién", comenta.
Todos sus hijos se criaron en el puesto del Mercado Juárez. "Para mí no fue difícil cuidarlos a todos, claro que cuando salía de trabajar pues tenía que llegar a lavar y a plancharles y me daba más de la medianoche pero la verdad nunca lo sentí una carga".
En el puesto tenía una cuna y una andadera para cuidar a sus hijos mientras trabajaba, "y ahora las muchachas ya no pueden cuidar ni a un niño, se la pasan quejándose pero ya ni yo que andaba en el camión con hasta cinco de mis hijos bien agarraditos de la mano"
Gracias a Dios, dice, jamás se enferma de nada y dice que aún tiene fuerza para seguir trabajando en su puesto de hierbas en el Mercado Juárez. "Nunca descanso, vengo todos los días".
Todos sus hijos estudiaron gracias a las ganancias del puesto, "antes venía desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche, pero ya tengo un año que llego entre diez y once de la mañana, es que a veces me siento cansada pero de ratito se me olvida".
Toñita se siente afortunada de la vida que ha llevado, pues dice que hay muchos adultos mayores abandonados sin el apoyo de sus hijos.
"Yo en balde tuve tanto hijo porque rara vez me ayudan, será que tienen sus propios problemas, no lo sé, pero ya estoy acostumbrada y seguiré trabajando hasta que Dios me lleve con él".
