Los aficionados de Monterrey fueron desalojados por las autoridades a partir del minuto 34 del segundo tiempo. (Eduardo Sepúlveda)
Los partidos entre Santos y Rayados no tiene buen fin. Está visto. El equipo regiomontano no visitó el Estadio Corona en todo 2011, su última visita fue en la final del Apertura 2010, cuando los Guerreros se impusieron 3-2 y la Policía local perdió afuera de la cancha.
Ayer, el partido transcurría en calma. Ambos equipos parecían anularse en el campo, mientras en la tribuna siempre se libra una batalla más intensa.
Pasó el primer tiempo, sin goles, pero con los ánimos calientes por parte de ambas aficiones. Apenas comenzó la segunda mitad del partido y los uniformados tuvieron que entrar al quite para controlar el primer conato fuerte de bronca entre las aficiones. Pero bastó con que Rayados se hiciera presente en el marcador para que los uniformados se vieran rebasados una vez más.
Al minuto 34 de la segunda parte, los elementos de seguridad comenzaron a sacar a los seguidores del equipo visitante. Cualquier palabra del aficionado era respondida con el poder de la fuerza. Y justo cuando la retirada rayada estaba por consumarse, cayó el empate santista. La Policía hizo uso de sus capacidades. Con escudos y fuerza, golpes a puño libe y macanas, sacó al visitante de la escena. Afuera, los rayados se amontonaron en sus camiones, mismos que no fueron escoltados por ningún cuerpo de seguridad. Por el contrario, los dejaron a merced de los aficionados albiverdes.
La Policía estaba presente, pero solo para atestiguar la salida de los camiones visitantes y de la lluvia de piedras que recibieron en su éxodo. Ningún uniformado paro ahí la bronca. Entonces, algún valiente rayado osó bajar del camión para responder a la agresión albiverde y contestó lanzando envases de vidrio, pero fueron más las piedras que recibió a cambio. Una sirena, finalmente, ahuyentó a los locales. Y el camión, abollado y con vidrios rotos, siguió su camino.
A las afuera del estadio se encontraba Emerson Sierra, reportero del diario Récord, acompañado de su fotógrafo. El periodista venido de Monterrey no pudo ingresar al coloso lagunero, como él mismo había anticipado en una nota para su diario. El Club Santos Laguna le informó que no iban a entrar al Territorio Santos Modelo, siguiendo órdenes que tomaron de común acuerdo en la Federación Mexicana de Futbol.