La Asamblea General de la ONU aprobó ayer una resolución que respalda un plan de la Liga Árabe que pide al presidente de Siria que dimita y que condena enérgicamente las violaciones de los derechos humanos durante su régimen.
La votación en el organismo mundial de 193 miembros fue de 137-12, con 17 abstenciones. Varios países se quejaron inmediatamente después de que no pudieron votar debido a problemas con la maquina de votación de la ONU.
Los partidarios de la resolución esperaban una gran mayoría a favor del texto para enviar un mensaje claro al régimen del presidente Bashar Assad para que ponga fin inmediatamente a la sangrienta represión que ha provocado la muerte de 5,400 personas y para que entregue el poder a su vicepresidente. La medida tuvo más de 70 copatrocinadores y obtuvo el apoyo de más de dos tercios de la Asamblea General. "Hoy, la Asamblea General de la ONU envió un claro mensaje del pueblo de Siria: el mundo está con ustedes", dijo la embajadora estadounidense Susan Rice en un comunicado. Assad "nunca ha estado más aislado. Una rápida transición a la democracia en Siria ha logrado el apoyo rotundo de la comunidad internacional. Ahora tiene que venir el cambio".
Las resoluciones de la Asamblea General no pueden ser vetadas y no son vinculantes legalmente, pero reflejan la opinión mundial sobre temas importantes.
La transferencia de poder al vicepresidente sirio es parte del plan de la Liga Arabe para un Gobierno de transición que fue aprobado el 22 de enero. Hace un llamado para el establecimiento de un gobierno de unidad nacional en un plazo de dos meses.