El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, condenó ayer los ataques terroristas contra dos comunidades cristianas registrados el pasado fin de semana en Kenia y Nigeria, con un saldo de al menos 21 muertos.
El también director de la Sala de Prensa del Vaticano calificó a los atentados, perpetrados mientras tenían lugar celebraciones religiosas, como “hechos horribles y execrables, que deben ser condenados con la máxima decisión”.
“Es necesario estar cerca de las víctimas y las comunidades que sufren por esta odiosa violencia, que se abate sobre ellos justo mientras celebran pacíficamente una fe que anuncia amor y paz para todos”, señaló a los micrófonos de la Radio Vaticana.
“Urge continuar animando a la entera población local, más allá de las diferencias religiosas, a no ceder a la tentación de caer en el círculo sin salida del odio homicida”, agregó. Decenas de heridos dejaron los atentados que tuvieron lugar el domingo, por un lado en Kano (al norte de Nigeria) donde un comando armado asaltó un teatro de la universidad local donde un grupo de estudiantes estaba participando en las funciones religiosas.
Por otra parte en Nairobi (Kenia) una granada fue lanzada al interior de una iglesia, parte del complejo “Casa de los milagros de Dios”, poco antes de las ceremonias previstas.
La comunidad internacional condenó los ataques mientras el “número dos” del Vaticano, el secretario de Estado Tarcisio Bertone, los definió como parte de una “intolerancia creciente”
