La ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) mostró su condena al asalto de la sede de un canal de televisión privado tunecino el pasado domingo y lo calificó de un "peligro real para la libertad de la información".
En un comunicado difundido por la sede tunecina de RSF, la ONG aseguró que seguirá de cerca la investigación abierta ayer sobre el ataque lanzado contra la sede del canal "El Hiwar" (El Diálogo), que "fue asaltada y destruida", según la nota, que agrega que los agresores robaron material técnico por valor de 100,000 euros.
El Hiwar, uno de los cinco canales de televisión que obtuvieron el permiso de emisión después de las pasadas elecciones de octubre, llevaba varios meses recibiendo amenazas en las redes sociales de Internet.
Por su parte, el Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos (SNJT) denunció la "laxitud y el silencio del Gobierno" ante este tipo de prácticas, y acusó a "grupos extremistas y personas que pretenden apoyar al Ejecutivo", de lo sucedido.
El SNJT advirtió, además, de que "este tipo de practicas puede conducir a una nueva dictadura".
Además, la Liga Tunecina por los Derechos Humanos (LTDH) expresó en un comunicado su "viva inquietud" por la cada vez más frecuente "violencia salafí" (rigoristas islámicos) y por la "espiral de violencia" que afecta a varias regiones del país desde hace una semana.
Durante el pasado fin de semana, fueron agredidos el cineasta, Mohamed Ben Tabib en la ciudad de Bizerta, a 85 kilómetros al noroeste de la capital, y el director de teatro, Regib Mogrim, en la ciudad de El Kef, en el centro oeste del país.
Asimismo, grupos extremistas religiosos asaltaron decenas de bares, dispensarios de bebidas alcohólicas y prostíbulos en la última semana, en al menos cinco provincias del país.