Conectan zonas remotas
En todo el planeta existen personas que habitan zonas geográficamente alejadas lo que ocasiona que la instalación de infraestructura de comunicación como fibra óptica, líneas telefónicas o de energía eléctrica sea una tarea difícil.
Sin embargo, luego de más de 60 años de desarrollo y experimentación, los satélites hacen posible que archipiélagos, minas, plataformas petroleras y lugares en medio de los continentes o el mar estén conectados a servicios de comunicación como Internet. Después de que Estados Unidos (EU) y la entonces Unión Soviética (URSS) iniciaran, con fines militares y de espionaje, la Carrera Espacial en la década de los años 1950, grandes investigadores en todo el mundo han realizado proyectos relacionados con las materias satelital y de aeronáutica.
Con la colocación del primer satélite artificial en 1957, gobiernos y empresas privadas observaron una potencial herramienta de comunicación, que permitía enlazar cualquier parte de la superficie terrestre y hasta la fecha se estima que más de 10 mil artefactos orbitan alrededor de la Tierra.
La carrera de México
En el ámbito aeroespacial, nuestro país no se ha quedado con los brazos cruzados e incursionó en este tipo de telecomunicaciones en 1968, cuando decidió instalar una estación para la transmisión de los Juegos Olímpicos hacia todo el mundo. “Con el paso de los años fue adentrándose más en este campo, logrando conformar una serie de satélites propios, primero como gobierno y después en conjunto con la iniciativa privada. Todo ello para servicios domésticos y de seguridad nacional, para estar al pendiente de lo acontecido en el territorio nacional”, cuenta el instrumentador aeroespacial Esaú Vicente. Conforme avanza la investigación y la tecnología, aparecen nuevas formas de utilizar la electrónica, permitiendo fabricar sistemas cada vez más pequeños y económicos, logrando que instituciones educativas incursionen en la creación de satélites pequeños con propósitos de investigación y experimentación como en el caso de los proyectos de UNAMSAT (19911996) y SATEX (2000). “Estos diseños fueron lanzados con el propósito de generar conocimiento en materia satelital y la creación de industrias en telecomunicaciones”, asegura.
Reduce brecha digital
En 2011, el Gobierno federal lanzó el Sistema Satelital Mexicano MEXSAT, un ambicioso proyecto que dará como resultado la conformación de tres satélites con el propósito de modernizar las comunicaciones de Seguridad Nacional, atender a las personas en caso de desastres, reducir en gran medida la brecha digital de la población y salvaguardar el uso de las posiciones orbitales y frecuencias asignadas a México. Desde el punto de vista de las necesidades del país, comenta el especialista Esaú Vicente, vamos por el camino correcto, considerando que se compran los mejores satélites y tecnologías en temas de comunicaciones (video, voz y datos), y de acceso a imágenes satelitales de todo nuestro territorio. “Lo cual refleja la preocupación del estado por atender las necesidades de la sociedad y de resolver problemas que afectan a toda la nación”. Es por eso que se ha programado el lanzamiento de los satélites geoestacionarios: MEXSAT 1, MEXSAT 2 y MEXSAT 3 que conectarán a las comunidades aisladas de la Sociedad de la Información proporcionando Internet de banda ancha, telefonía IP, mejorando la competitividad del país y las condiciones.
Nuevos integrantes
De acuerdo a las cifras reportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 85 por ciento de la población se concentra en tan sólo el 10 por ciento del total de las ciudades del país, lo que significa que más de 16 millones de mexicanos se encuentran en zonas remotas donde la comunicación y acceso es casi nulo. Para ofrecer un mecanismo que permita ofrecer los servicios de telefonía e Internet a comunidades donde la infraestructura física es muy costosa o incluso inaccesible, Telefónica México y la Industria Privada se aliaron para tratar de llevar a mil 500 poblaciones en comunidades alejadas a lo largo de la República Mexicana los servicios de telefonía móvil, fija y conectividad de banda ancha. El proyecto llamado “Integración México” permitirá, bajo un esquema de franquicias, que inversionistas locales lleven servicios de conectividad a comunidades con un promedio de población de 5 mil habitantes. Otro participante que promete grandes ventajas con una innovadora tecnología satelital, no sólo en México sino en todo el mundo, es la empresa británica O3B Networks, que colocará una constelación de ocho a doce satélites de órbita baja.
Rezago nacional
Con relación al tema de independencia tecnológica, desarrollo de la industria, competitividad y el número de empleos que se pueden generar al incentivar una producción satelital nacional, el investigador de la UNAM, Esaú Vicente, comenta: “ahí sí nos faltan bastante camino que andar y países que años atrás tenían menos trabajo en este sector, ahora nos han rebasado como el caso de España, Nigeria, Turquía, Colombia, Vietnam o incluso Perú. Pero, ahora que ya contamos con la Agencia Espacial Mexicana esperamos que cambie este panorama”. El reto de la agencia especializada es integrar los esfuerzos y las capacidades nacionales, así como administrar los recursos asignados para encauzar los proyectos para dar solución a las necesidades del país; así como “promover la educación y capacitación aeroespacial en universidades e institutos tecnológicos y la búsqueda de fondos, no solo en términos de investigación, sino en la concreción de soluciones palpables para la sociedad mexicana, la vinculación gobierno-industria-academia y la generación de empresas de alta tecnología para ofrecer nuevos empleos”, finalizó Esaú Vicente.