El gobierno de Argentina confío hoy que se mantenga la inversión en el sector energético tras la expropiación de las acciones de Repsol en Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que justificó al afirmar que representaba un “coctel explosivo”.
El vicepresidente argentino Amado Boudou reconoció que la atracción de capital significa un reto, aunque dijo que su gobierno es optimista “de lo que viene en la economía argentina en general”.
“Tenemos un gran desafío, que es crear un puente en esta etapa entre la adecuada explotación de los recursos tradicionales o convencionales y los no convencionales”, dijo Boudou.
Al intervenir en el Departamento de Estado en la Conferencia de las Américas, que reúne a hombres de negocios de Estados Unidos, Boudou insistió en que pese a todo, el futuro del sector de los hidrocarburos continúa siendo prometedor.
“Me parece que Argentina tiene una oportunidad, y los inversionistas tienen una gran oportunidad en este sentido”, dijo.
El funcionario insistió que pese a la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF, que estaban en manos de la española Repsol, la petrolera se mantiene como una empresa abierta a los inversionistas privados.
Boudou indicó que la expropiación fue ejecutada conforme a las leyes argentinas, y contó con un amplio respaldo del Congreso.
Hizo notar además que la medida afectó “sólo a quienes tenían el control estratégico de la firma, y (no tuvo) nada que ver con aquellos que tienen acciones que cotizan en la Bolsa”.
Dio a conocer que estos últimos inversionistas han recuperado “parte del valor que habían perdido en días anteriores”.
“Creo que en la medida que seamos capaces de sumar inversores, sumar firmas que tenga el conocimiento necesario para avanzar en la explotación de lo no tradicional, lo no convencional, va a seguir ganando valor la firma YPF”.
Durante su presentación, Boudou dijo que la expropiación respondió “al cóctel explosivo” que representaba el alto endeudamiento de la firma, los temores sobre su sustentabilidad y una estrategia que no favorecía la productividad.
“Repsol YPF era un cóctel explosivo entre no atender el negocio real de la empresa, altos niveles de endeudamiento y una política de dividendos agresiva”, argumentó.
De hecho, aseguro que la empresa “era un ejemplo de valorización financiera sobre la valorización productiva” y que en el fondo, “generaba problemas de sostenibilidad en el corto plazo y problemas para el conjunto de la economía argentina”.
