Combates. Una columna de fuego y humo se eleva sobre los edificios tras la explosión de una bomba en Damasco, Siria.
Los intentos de los rebeldes sirios de tomar el control de Damasco y Alepo y de las fronteras del país desataron ayer nuevos combates con las tropas gubernamentales, que tratan por todos los medios de aplastar a los insurgentes.
Después de una semana de violentos enfrentamientos en la capital, los choques entre las fuerzas del régimen de Bachar al Asad y los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) se extendieron a la segunda ciudad del país -Alepo-, que como Damasco se había mantenido hasta hace poco relativamente al margen del conflicto.
Uno de los portavoces del ELS dentro de Siria, el coronel Qasem Saadedin, explicó a Efe que su grupo está desplegando un mayor número de brigadas en Alepo con el fin de controlarla en "los próximos días".
Los enfrentamientos se registraron especialmente en los barrios centrales de Al Yamiliya, Al Meridiyan y Al Zabadiya, así como en zonas del suroeste de la ciudad.
Desde Alepo, el activista Toni al Taieb explicó a Efe que los rebeldes atacaron la sede principal de la policía de la ciudad, ubicada en Al Meridiyan, y criticó la falta de seguridad desde hace meses en la localidad.
Anoche, el comandante del ELS en esta provincia, el coronel Mohamed al Aquidi, anunció el inicio de "la operación para la liberación de Alepo", y señaló que ya están bajo su control la mayoría de las zonas de los alrededores de la ciudad.
Mientras, la pugna por Damasco continúa y, según Saadedin, los rebeldes están intentando tomar el control de sitios estratégicos, como las sedes de la comandancia general del Ejército, de los servicios secretos y de la radio y la televisión.