Observando cuáles son nuestras rutinas mensuales, podemos preparar el cuerpo para no sufrir de ningún modo. INGIMAGE
Ansiedad, dolor físico, cambios en el humor, tristeza o nada en absoluto. Cada síndrome premenstrual es casi tan diferente como lo es cada persona. Sin embargo, los cambios hormonales que compartimos cada mes muchas mujeres nos han llevado a buscar también maneras para remediar las incomodidades de este proceso. Aunque no haya nada definitivo en este campo, algunas medicaciones pueden ayudar en los momentos más severos. En cambio, para intentar estabilizar un día incómodo, conviene tener en cuenta algunas pequeñas acciones que podemos llevar a cabo.
En caso de experimentar un fuerte nerviosismo conviene evitar la cafeína durante el día en el que peor nos sintamos. En este sentido, evitar platos altos en sodio y mucha sal, también nos será positivo porque la circulación sanguínea no nos hará sentirnos tan ansiosas ni con tantos cambios físicos.
Por otro lado, muchas mujeres arguyen que suelen sentirse más pesadas durante estos días. Un buen consejo es no comer platos muy copiosos y repartirse la ingesta de alimentos durante todo el día; asegurarse cinco comidas será importante, pero también el hecho de que sean más ligeras. Además, comer alimentos que nos ayuden a deponer con la máxima regularidad hará que no asociemos los problemas menstruales se asocian con los digestivos. En este sentido, tomar alimentos con fibra será positivo, al igual que incrementar nuestra dosis de frutas y verduras.
Hacer ejercicio en estos días es una buena idea, aunque justamente sean los momentos en los que nos suponga una mayor pereza. Sin embargo, es conocido el efecto aliviador del ejercicio, debido a la secreción de hormonas que llevamos a cabo, algo que el cuerpo agradece y por lo que nos premia. De igual modo, un descanso suficiente, de al menos ocho horas, será placentero y positivo para el bien del organismo.
Estos ligeros cuidados que podemos tener con nosotras mismas serán casi invisibles pero muy agradecidos por nuestro cuerpo, en caso de experimentar situaciones incómodas o incluso dolor. Observando cuáles son nuestras rutinas mensuales, podemos preparar el cuerpo para no sufrir de ningún modo. Así, llevar a cabo estos pequeños hábitos puede ser una costumbre durante la semana premenstrual, algo que agradeceremos en el curso de estos días más incómodos del mes.