El argentino naturalizado mexicano sólo encuentra justicia en su llamado y esboza una gran sonrisa al saberse, a partir de ahora, parte del Tri.
Damián Álvarez no se deja intimidar ante la polémica que causó su convocatoria a la Selección Mexicana de Futbol. El argentino naturalizado mexicano sólo encuentra justicia en su llamado y esboza una gran sonrisa al saberse, a partir de ahora, parte del Tri.
El primer sentimiento fue sorpresa. No estaba esperando un llamado, fue de los pocos momentos que me quedé sin palabras, expresó.
Las críticas y polémicas siempre van a estar. Los que han tirado buena onda por mi llamado se los agradezco, y los que opinan lo contrario los respeto. Esto es una bendición, un regalo que me hace ser más profesional que nunca., señaló el jugador de Tigres, quien no dudó en agradecer al director técnico José Manuel de la Torre, por considerarlo para el amistoso ante Colombia de la próxima semana.
El Chepo tuvo la amabilidad de hablarme por teléfono, y no supe qué decir en ese momento, me quedé en shock por lo que me estaba diciendo, y ya después tuve que tomar conciencia de la dimensión de que era el llamado en sí, lo que significaba, una alegría enorme, un montón de sensaciones y alegrías que estoy tratando de asimilar, dijo.
Por otro lado, admitió que, contrario a lo que pudiera pensarse, el recibir la oportunidad de representar los colores de la Selección no es producto de la amistad, sino del esfuerzo y trabajo desde su llegada a nuestro país.
No sé qué tan natural sea en este momento mi convocatoria. Mi llamado no es por amiguismo (sic). Me parece que es, en resumen, a lo que he hecho en México, sostuvo.
Damián Álvarez llegó a México en 2003 para vestir los colores del Morelia, para después ser fichado en 2006 con Pachuca y finalmente pasar a Tigres, equipo con el que consiguió el campeonato el torneo pasado.