Constructores en quiebra

Empresas constructoras de La Laguna que trabajaron en obras del Gobierno estatal en 2010 presentan una misma cara: se encuentran descapitalizadas, con deudas bancarias, sin personal, con adeudos con proveedores, obligados a salir y trabajar en obras foráneas para subsistir y con problemas de liquidez.

Mientras en otros años la industria de la construcción tuvo años de gran bonanza con la llegada de nuevas inversiones y de obra pública, ahora muestra una cara distinta ante la negativa del Estado para liquidar adeudos heredados de los dos últimos años de gobierno de Humberto Moreira, por lo que mantienen a un gran número de constructoras en quiebra, al no contar con la obra suficiente a nivel local o foránea para cumplir con sus obligaciones para el pago de rayas, impuestos y de proveedores, entre otros.

Alfonso Soto y Santiago son empresarios del ramo en La Laguna y dan testimonio de los actuales problemas que ha generado el que el Estado no pague por las obras, las cuales se realizaron y entregaron en tiempo, pero que no han sido liquidadas, pese a la promesa hecha por el anterior y actual Gobierno estatal.

Alfonso Soto, ex presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en La Laguna y constructor lagunero, relató su caso, señalando que él junto a otros socios de la Cámara se quedaron "ensartados" con deudas con proveedores y bancos a quienes pidieron prestado para concluir obras públicas del Estado, pero que aún no han sido liquidadas.

En su caso, la falta de pago por parte del Gobierno comenzó en 2009 y siguió en 2010, ya que en este último en una reunión en Saltillo, Humberto Moreira informó que en 2011 no se habría obra, por lo que tenían que aprovechar la oportunidad para hacerlo en 2010.

Debido a que vio el riesgo de que el gobierno no cumpliera con su promesa de pago antes de concluir su administración, decidió salir de La Laguna para concursar en obra foránea en otras entidades, aunque no tuviera grandes ganancias.

Dijo que para lograr terminar las obras contrató un crédito por 1.8 millones de pesos, crédito que sigue pagando los intereses y parte del capital gracias a que se logró reestructurar el adeudo.

Su planta laboral tuvo que reducirla en un 60 por ciento. Contaba en 2010 con una plantilla de 100 trabajadores en La Laguna, ahora la cifra se redujo a 40 por la falta de obra pública y privada en la región.

A decir de Soto "nosotros estamos sobreviviendo porque traemos obras de otros estados, como Querétaro y Guanajuato".

Contrario a otros colegas del ramo, relató el constructor que se vio obligado a vender un equipo en 2011.

 SANTIAGO, OTRO CASO

Debido a que existe temor por las represalias por parte del gobierno de quejarse por la falta de pago, Santiago pidió no mencionar sus apellidos para evitar ser sancionado por la autoridad por la denuncia que hace.

Santiago es un pequeño constructor dedicado a la obra civil y caminos, y que realizaba trabajos en obras del Gobierno estatal.

En su caso el problema inicia por la falta de pago de obras realizadas en 2009 y que no se pagaron en 2010. Los bulevares que se entregaron en tiempo, dijo, se terminaron con la promesa de la autoridad de pagar en tiempo, lo cual no fue así, reiteró.

Relató Santiago que debido a la falta de pago de parte del Estado primero él se termino el capital de trabajo de la empresa y empezaron a deshacerse de los bienes que se hicieron en el transcurso de los años para cumplir con la obra pública, ya que de no ser así "le cae todo el peso de la Ley por incumplimiento a uno". En su caso se le adeudan 19 millones de pesos.

La situación crítica de la empresa de Santiago se presentó al cierre de 2011, ya que no se pagaron tres obras por parte del Estado.

Ante los problemas de liquidez, la nula obra local y los compromisos con proveedores, trabajadores y pago de impuestos, Santiago declaró que "la verdad uno tuvo que aguantar lo más posible, por lo que se vendieron equipos y terrenos, reducir la nómina".

De una planta laboral de 80 empleados, ahora se tienen sólo 25. "Nos tuvimos que hacer muy chiquitos".

La salida que encontraron fue buscar obra en otras entidades del país ante la falta de obra pública y privada. Santiago dijo que esto implica llevar a gente de confianza a realizar obra en otras regiones y se trabaja no para crecer, sino para sobrevivir, para mantener el equipo que se tiene.

"Estamos viviendo al día, lo cual no es bueno para la construcción".

Confesó que le debe a los proveedores, algunos de ellos aguantan, otros los demandan y dijo, tal vez con justa razón, ya que dicen: me debes tú no el Gobierno.

Al día de hoy la empresa de Santiago ha tenido que vender la mitad de los equipos que se tenía. Para el pago de la raya los viernes, dijo que se busca estirar el ingreso y por ello los nerviosos empiezan desde el jueves para que llegue el pago de las pocas obras que se tienen. Se tiene que pagar la nómina, proveedores y gastos fijos.

Hace un año y medio que se tienen pérdidas económicas, por ello varias constructoras han cerrado y otras se encuentran en su misma situación.

"Todos estamos batallando lo mismo y nadie se atreve a levantar la voz por el miedo al veto del Gobierno. Sí ya trabajamos, lo justo es que nos paguen".

Radiografía del sector

Tomás Galván Camacho, presidente de la CMIC Laguna, comentó que la radiografía del sector es crítico: los socios presentan adeudos con proveedores, con bancos y en el pago de impuestos.

También dijo que las empresas del sector tienen una liquidez limitada y han tenido que aplicar un agresivo recorte de personal.

Relató que hasta el momento se acercaron 24 socios para manifestarle el problema de pago por parte del Estado por las obras realizadas desde 2009 y 2010, de los cuales 18 sólo presentaron la documentación que avalaba el problema. El monto suma 170 millones de pesos, aunque dijo que el 16 de agosto se hizo un depósito de 15 millones de pesos.

La petición expresa de la CMIC al Estado un plan de pagos mensuales con el Gobierno de montos pequeños, lo cual no se ha cumplido, aseguró.

Galván afirmó que de las 18 empresas que se acercaron "todos siguen trabajando, lo cual no significa que otras empresas del ramo no hayan cerrado".

Las dos situaciones que se presentan: adeudo limita operaciones de socios y existe poca obra pública y privada en la región.

También se reconoce que las empresas se han visto obligadas a salir para buscar obra y mantener en operación las empresas. Actualmente se tienen 70 socios. Las entrevistas se realizaron en el mes de agosto.