Por los años setentas, en el día de su descanso, mi abuelo Darío, buen aficionado a los toros, al beisbol y a la música, tenía por gusto escuchar algunas de las obras musicales de su preferencia, y en un hallazgo casual encontró la obra de Franz von Suppe "Poeta y Campesino", interpretada por el famoso e internacional Mariachi Vargas, quiero decirles que la interpretación de la obertura de esta opereta por el magnífico grupo folclórico, orgullo nacional, sonaba magistral y grandiosamente a pesar de no ser una orquesta sinfónica.
Ahora el Club Guadalajara recurre de Hendrik Johannes Cruijff, Johan Cruyff, un holandés internacional, máximo exponente de la inolvidable "máquina naranja" de Rinus Michels, influyente ideático del actual Barcelona y campeón sin corona del mundial de Alemania 1974, para salvar una nave sin rumbo y en una debacle que alcanza tintes de tragedia en una institución referente histórica del futbol nacional.
Tanto la música como el futbol alcanzan la categoría de un lenguaje universal, sin embargo no es igual con el debido respeto al Barcelona catalán y el Barcelona de Guayaquil, el virtuosismo de los primeros, por el momento, no tiene visos de igualarse, aunque se comparta el nombre. Sabemos de grupos de mariachis formados en Sudamérica y en Japón formados por admiradores de nuestra música, sin embargo, aunque sus ejecuciones son ortodoxas en el sentido musical, carecen del sentimiento que nuestros grupos le imprimen a sus interpretaciones, aunque de pronto se acercan por la inclusión de algún músico mexicano entre sus integrantes. Esto a colación porque en el club no estará permanentemente el famoso ex jugador e ideólogo, sino un grupo de trabajo de gente de su confianza al que periódicamente revisará los avances de la instilación de su idea futbolística. Sin ser un recalcitrante nacionalista o regionalista no soy de la idea de comparar o nombrar nuestros valores o símbolos de otras partes del mundo, ejemplo el Río Nazas, seco y todo es lagunero y el Río Nilo es egipcio aunque nazca en el lago Victoria de Tanzania o en Burundi, se espera del chiverío un nuevo Barcelona, de aquí la pregunta ¿sonará igual el Rebaño?
Por otra parte, se anuncia la corrida del 16 de marzo con la presencia de dos consentidos de la afición, Pablo Hermoso de Mendoza y el regreso de Uriel Moreno "El Zapata", que tan buen sabor de boca dejara en la pasada corrida en el Coliseo Centenario, además se redondea el cartel con la presencia del lagunero Antonio Lomelín hijo, cartel para el paladar más exigente coronado con toros de Cuco Peña y la Concepción. A contar los días y, ¡hasta la próxima!
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