La Laguna ha dado cobijo a un buen número de personajes de todas las esferas, así en mi infancia en muchas ocasiones pude ver en la esquina de la antigua, romántica y añorada calle Cepeda y Avenida Morelos a jugadores de los equipos locales, artistas como Héctor Gómez, poetas como Manuel Benítez Carrasco, quien frecuentaba los tradicionales cafés de los Globos y de la Rambla, muchas ocasiones para deleitar a los asistentes con la declamación de alguna de sus poesías, en otras hablando de toros, y a muchos matadores de toros que llegaban para participar en alguno de los festejos. En los días previos a una corrida aquello era un paraíso, la zapatería de esa esquina y cercana al entonces Hotel Elvira, en donde se hospedaban los matadores, exhibía el traje de luces o el capote de paseo de alguno de los alternantes que con anticipación, tal como lo hicieron Rodolfo Rodríguez "El Pana" y Uriel Moreno "El Zapata", llegaban a la ciudad con antelación a calentar el ambiente.
En ese punto encontré un día a Antonio Lomelín Migoni, de Acapulco, Guerrero, que se encontraba en el momento cumbre de su carrera taurina, había decidido radicar en La Laguna y encontró buen cobijo con el comentarista don Pepe Ventura Chávez y por el señor Jesús Espinoza; don Pepe tenía un programa de radio y una columna llamada "En 5 minutos hablamos de toros", con una pausada y taurina voz nos informaba de las actualidades del mundo de los toros, en una época carente de la maravilla del Internet. Fue en ese espacio que nos enteramos de la salida por la puerta grande de Las Ventas de Madrid del torero Acapulqueño, en la tarde de la confirmación de su alternativa en manos de Andrés Vázquez en mayo de 1970, y por el mismo medio, del grave estado que guardaba después de una de las cornadas más impactantes de la historia moderna del toreo mundial, cuando lo alcanzó "Bermejo" de la ganadería de Xajay al momento de intentar colocar un par de banderillas la tarde del 16 de febrero de 1975 en la Plaza México, la imagen de Antonio conteniendo en sus manos el paquete intestinal y buscando la enfermería recorrió todo el mundo. Su estado fue crítico por la contaminación de la cavidad, la atención de los médicos fue de día y noche encabezados por el entonces médico de la plaza Dr. Xavier Campos Licastro, de esa cornada se levantó para reaparecer con toros de la misma ganadería y ganarse el merecido mote de "Antonio corazón de león", la carrera del matador Antonio siempre se caracterizó por su entrega, algo muy apreciado en estas tierras, era común que iniciara sus faenas con un escalofriante péndulo en los medios, además de ser un excelente banderillero y altamente efectivo con el estoque.
Y el próximo viernes tendremos la oportunidad de recibir a su hijo Antonio Lomelín II, en su presentación en su tierra y alternará nada menos que con otras dos figuras todo entrega, Pablo Hermoso de Mendoza, quien lo está apoyando en su carrera, y Uriel Moreno "El Zapata", quien ya se encuentra entrenando para su reaparición en tierras laguneras después del percance en la Plaza México, nos vemos en el Coliseo Centenario, y ¡hasta la próxima!
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