La tauromaquia en La Laguna va poco a poco recobrando aquellos lejanos tiempos en los que con frecuencia se daban festejos abiertos o privados para, como diría el músico poeta Agustín Lara, "calmar las ansias de novillero", así el fin de semana pasado fue de gran actividad iniciando en el Coliseo Centenario y culminando en la Plaza de Toros Torreón Valente Arellano.
Con atenta invitación de los hermanos Enrique y Gerardo Solís, por medio de su maestro Rafael Cortés, asistimos a un convivio taurino en el Coliseo Centenario en el que los dos hermanos lidiaron novillos de la prestigiada ganadería de Manolo Martínez, asentada en tierras tamaulipecas y que continúa lidiando con el nombre del inolvidable mandón de la torería nacional ahora con el celoso manejo de la Sra. Bertha Ibargüengoitia Vda. De Martínez y de su hijo, el también matador Manuel Fernando Martínez Ibargüengoitia, mayor y mejor cuerda no podría tener esta ganadería en que se unieron dos grandes familias de prosapia taurina y el conocimiento de su fundador.
En el renglón de la taurinísima tarde noche con que nos regalaron los hermanos Solís debemos comentar la presencia de importantes aficionados taurinos y de los medios de comunicación que pudieron dar fe de las buenas hechuras taurinas no sólo de los hermanos Enrique y Gerardo sino además de los integrantes más avanzados de la Academia Taurina del Coliseo Centenario, luciendo con un excelente par de banderillas Abraham Marín y el resto de los alumnos con respetuosa y eficaz participación en la brega. Cabe mencionar que tanto el matador Arturo Gilio como su maestro Rafael Cortés y sus colaboradores José Luis Orozco y Germán Vielma se mostraron satisfechos de los adelantos de los alumnos, porque vaya que había que ponerles a los dos ejemplares lidiados, el primero en turno fue muy bien entendido por Enrique, logrando una muy completa y buena faena en la que supo sacar provecho al novillo que mostró raza y carácter y que coronó con buena estocada, en Gerardo aquilatamos sus ansias de triunfo, pero además sus buenas hechuras que no pudo culminar con el estoque, los asistentes corearon con fuerza la actuación de los alumnos, saliendo, como se dice en el argot taurino, toreando y con ganas de volver a disfrutar de una tarde como esta.
El cierre en la Plaza de Toros Torreón correspondió al matador Aarón Hinojosa, al joven aspirante Heriberto Fernández y al aficionado práctico Alejandro Orozco, festejando el cumpleaños del matador en entretenida tarde, luciendo en la brega el popular Sebastián "El Sapo". Para todos, ¡enhorabuena! Y ¡hasta la próxima!
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