N Uestro medio ambiente, esto es todo lo que nos rodea, recibe diariamente cantidades impresionantemente grandes de sustancias extrañas y diversas que pueden ser de naturaleza física, química o biológica. La mayoría de estas sustancias puede ser nociva para la salud o bien pueden poner en riesgo la seguridad o el bienestar de las personas. Es obvio que el mismo efecto lo sufre la vida vegetal y animal y en ocasiones pueden cubrir terrenos o cursos de agua impidiendo su utilización en actividades recreativas.
En esta época del año, el clima de nuestra Comarca Lagunera se vuelve más impredecible que de costumbre, aunque no podemos incluir en esta volubilidad a la lluvia, ya que las posibilidades de que llueva son mínimas, apenas un cinco por ciento de lo que nos llueve al año, que es muy poco. Por eso de vez en vez nos caen algunas chispitas que no empapan, pero que sí alegran el corazón, sea por la presencia de nubes o por el aroma de la tierra mojada y las plantas del desierto que nos rodea.
La temperatura es un caso aparte, diariamente tenemos que sufrir cambios entre 15 y 18 grados centígrados, iniciamos con 12 grados en la mañana y a media tarde llegamos hasta los 30 grados; y en ocasiones pueden ser aun más abruptos. Agréguele a estos cambios la presencia de vientos que ocasionan nuestras ya famosas polvaredas, "febrero loco y marzo otro poco", reza un dicho popular que precisa de gran manera lo que ocurre con nuestro ambiente en estos meses.
Dichos vientos ponen en suspensión a todos los contaminantes que generan automóviles, industrias, incendios de basureros, áreas sin cultivo, que son muchas en esta temporada, de los grandes establos, entre muchas otras fuentes contaminantes. Todas esas partículas que se cuelan a nuestras casas con gran facilidad, se combinan con el polen que produce la floración de muchos árboles, arbustos y herbáceos nativos e introducidos, generando nubes de polvo con una composición sui géneris que ocasiona irremediablemente daños en la salud pública.
Sin duda, los problemas respiratorios son los más comunes en esta temporada, aunque habría que diferenciar aquellos que se deben a los bruscos cambios de temperatura, de los ocasionados por la multiplicidad de alérgenos que como mencioné se encuentran en nuestro entorno.
El problema de las alergias ha crecido notablemente en nuestra Comarca y seguramente, la contaminación del aire tiene una participación muy importante en el origen de las mismas. Como hemos visto aumentar el número de niños que padecen asma, una enfermedad terrible que esclaviza a los niños al uso de medicamentos de manera permanente.
Desde hace tiempo, diversas investigaciones, como las realizadas en la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, demostraron los efectos de la contaminación del aire sobre el riesgo de padecer problemas cardiovasculares en personas mayores. Más recientemente, investigadores de la Universidad Nacional de Taiwán han demostrado por primera vez que la contaminación del aire en las ciudades afecta "a los indicadores clave del riesgo cardiovascular en los jóvenes, es decir, a la inflamación, el estrés oxidativo, la coagulación y la disfunción del sistema autónomo". Las conclusiones de este estudio se publicaron en la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.
Los investigadores descubrieron que los aumentos significativos de todos los índices de riesgo cardiovascular estaban asociados con una mayor exposición a las partículas contaminantes. Según Chang-Chuan Chan autor principal, el estudio, proporciona evidencias de que la polución del aire urbano está asociada con el riesgo cardiovascular.
La contaminación es uno de los problemas ambientales más importantes que afectan a nuestra sociedad y se presenta cuando se produce un desequilibrio, generalmente un incremento en la adición de cualquier sustancia al medio ambiente, que rebasa las posibilidades de remediación de la naturaleza, causando efectos graves en las personas, en los animales, en vegetales y en ecosistemas naturales.
Urge terminar el sistema de monitoreo de la calidad del aire que respiramos los laguneros, sólo entonces estaremos en posición de aplicar medidas de mitigación efectivas, que impacten positivamente la salud pública y a los sistemas que se encargan de ésta.