En el año 2000, la colonia Roma de la Ciudad de México era una zona sucia, insegura y su plaza principal, tiempo atrás impresionante, mostraba una fuente olvidada, sin funcionar y llena de basura. Incluso el alumbrado público estaba en pésimas condiciones. Los propietarios de negocios en esa área debían cerrar temprano si querían evitarse problemas.
Actualmente, la situación es totalmente distinta, por ejemplo, los restaurantes de esa zona permanecen abiertos incluso después de la medianoche y estos negocios son tan prósperos, que uno tiene que llegar temprano para conseguir una mesa disponible en alguno de los restaurantes y cafés, muchos de ellos, con mesas al aire libre. Hoy existen mucho más negocios de este tipo que antes. Un cocinero francés que ha estado con su negocio en esa zona desde el año 2002 comenta que "hoy el lugar está irreconocible, hay una clase media muy fuerte y eso es muy bueno para los negocios".
Lo que pasa en el sector de la colonia Roma es sólo una muestra de lo que está pasando en general en el resto de la ciudad. La arbolada Avenida Reforma luce esplendorosos edificios de oficinas y hoteles, lujosos, limpios y bien iluminados. Los domingos la avenida se llena de paseantes en bicicleta.
En Polanco, una exclusiva zona de negocios y tiendas de lujo, los turistas y la clase alta mexicana disfrutan a mediodía platillos especiales y bebida nacionales e importadas en las mesas de restaurantes de lujo colocadas en las banquetas, antes de regresar a sus oficinas o a su casa manejando autos o camionetas también de lujo. Incluso en el área del centro de la ciudad los negocios permanecen abiertos y la gente pasea despreocupada en las calles en que antes evitaban transitar por el miedo y la inseguridad. La plaza monumental del Zócalo se ha convertido en lugar de reunión de músicos que tocan y cantan en vivo.
En pocas palabras, los negocios crecen y la vida está mejorando en la segunda zona metropolitana más poblada de Latinoamérica. De acuerdo con la opinión de Sergio Martín, director en la Ciudad de México del banco HSBC, "la ciudad es hoy mucho más habitable de lo que era antes, ha pasado de ser uno de los peores lugares para vivir en México, a uno de los mejores".
La ciudad ha vivido reformas sociales muy liberales, matrimonio entre personas del mismo sexo, legalidad en los abortos y divorcios exprés, entre otras cosas. Algunos observadores internacionales la han comparado con Barcelona.
El resurgimiento de la ciudad se da al mismo tiempo que muchas ciudades del resto del país están en el polo opuesto, sufriendo inseguridad, deterioro, falta de crecimiento, abandono y pocas expectativas de mejora. La estadística de la ciudad es muy diferente de la de otras ciudades del país, mientras a nivel nacional los homicidios han aumentado de 8 por cada cien mil habitantes a más de 19, en la Capital ha permanecido más o menos estable. Los robos de autos a nivel nacional aumentaron más del 17% pero aquí bajaron 7%.
Hay varias razones por las que la ciudad ha experimentado este ejemplar cambio, por una parte, no está ubicada en el paso de la ruta de las drogas de Sudamérica a los Estados Unidos, pero también ha influido mucho que cuenta con una muy fuerte política de seguridad. La ciudad tiene 40 mil policías en su fuerza regular además de otros 35 mil uniformados para casos de emergencia. En comparación, la Policía Federal sólo tiene 30,000 elementos activos. El Gobierno de la ciudad ha invertido 500 millones de pesos en un sistema de circuito cerrado de televisión el cual estará conectado a redes privadas de cámaras de seguridad ya instaladas en la ciudad y ello convertirá a la ciudad en la más monitoreada del mundo. El programa de seguridad llamado Ciudad Segura ya garantiza tiempos de respuesta efectiva de la fuerza policial para llegar a la escena del crimen en alrededor de cinco minutos en lugar de los doce que se tenían antes.
Otros factores que antes provocaban una muy mala imagen de la ciudad, también muestran hoy una notable mejoría. La calidad del aire cumple con los estándares internacionalmente aceptados en casi todos los principales contaminantes por primera vez en muchos años. La ciudad ya no está incluida en la lista de las ciudades más contaminadas del mundo.
El más grande proyecto de transporte en la historia de la ciudad ha influido mucho en la mejora de la calidad del aire, el Sistema Metro, uno de los más grandes del mundo, inauguró una línea nueva con un costo de 500 millones de pesos y las líneas de Metrobús han aumentado de 3 a 8 con una inversión mixta de fondos públicos y privados. Cada una de las líneas del Metrobús elimina 60 autobuses de las calles y con ello además de facilitar el tráfico, mejora la calidad del aire.
Aunque no toda la ciudad luce igual, muchas partes se asemejan mucho a ciudades europeas porque se han implementado las primeras importantes etapas. Lo que se ha hecho en la Ciudad de México es un ejemplo de mexicanos para todos los otros mexicanos.
Hay un viejo dicho: "La Edad de Piedra no se acabó por falta de piedras". Muchos de los problemas de nuestra ciudad son en apariencia incontenibles, sin embargo, estos problemas no son incorregibles. La Edad de Piedra se terminó porque los humanos desarrollaron mejor tecnología que el uso de las simples piedras.