RSE
El diario The New York Times publicó recientemente un artículo del periodista David Barstow en donde se revelan los resultados de una investigación sobre una red de corrupción para obtener permisos de construcción en México, por parte de una cadena comercial norteamericana.
En el escenario de libre mercado, las empresas grandes han ganado mucha relevancia por el monto de sus ventas y utilidades, su acceso al usufructo de la biodiversidad y su participación en sectores estratégicos de la economía con su consiguiente influencia en la política. En este escenario, no han estado libres de controversias. La concentración y acumulación de riqueza, el aumento en la pobreza y las desigualdades sociales más los escándalos contables, la corrupción, el cohecho y el deterioro y la contaminación ambiental han provocado que organismos internacionales hayan propuesto lineamientos, normas o directrices para regular el comportamiento corporativo, abogando -como lo pedía Kofi Annan, secretario general de la ONU en el año 2000- por una "globalización con cara humana".
Todo lo anterior ha originado y puesto en la mesa del debate, particularmente en las últimas dos décadas, a nivel internacional, el tema de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) desde otra perspectiva. Dentro del actual discurso empresarial se ha enfatizado la importancia del desarrollo sostenible cimentado en las premisas de la sustentabilidad económica, social y medio ambiental y se ha pretendido hacer extensivas las nuevas exigencias a empresas de todos giros y tamaños. Las crecientes expectativas sobre el nuevo papel de la empresa han girado en torno a su posible contribución en tres líneas: como instancia generadora de equidad social, de sustentabilidad ambiental y como instancia promotora de desarrollo social.
La equidad social se refiere a la disminución de las desigualdades sociales a través de políticas laborales y el respeto a los derechos humanos. La generación de empleos dignos desde el punto de vista salarial, de seguridad e higiene, y el respeto a la libre asociación y a la inclusión de grupos socialmente marginados y la incorporación laboral de personas con capacidades diferentes. También abarca la capacidad de las grandes empresas para difundir o ampliar estas prácticas a través de la transmisión y exigencia de estándares, o practicas socialmente responsables, hacia los proveedores o cadena de suministros de la misma empresa. Que la RSE fluya hacia abajo y se generalice entre las micro, pequeñas y medianas empresas.
En el aspecto de sustentabilidad, las empresas socialmente responsables practican una política de gestión ambiental que preserva los recursos naturales y disminuye los impactos negativos en el ambiente mediante el uso de nuevas tecnologías, el ahorro de recursos naturales, agua y energía principalmente, así como la promoción e instrumentación de una cultura ecológica en todos los niveles.
Como instancia promotora del desarrollo social, además de generar empleos y recursos para el fisco, aporta para el desarrollo de su entorno externo y participa con la sociedad en proyectos para el bien común, superando la visión filantrópica. La RSE en el desarrollo incluye el modo como se distribuye o invierte un porcentaje de los recursos de la compañía en obras de beneficio para la comunidad.
Las tres líneas de acción de las Empresas Socialmente Responsables, además de la Ética Empresarial, constituyen el modo de hacer negocios y todas las empresas, independientemente de su giro o tamaño, son susceptibles de hacerlo. La RSE se asume como un compromiso voluntario, se concibe como una estrategia del negocio, como parte de su cultura y de sus operaciones diarias y supone beneficios tanto para la organización como para la sociedad.
México no ha permanecido ajeno a las tendencias internacionales, aunque un gran número de empresarios, principalmente dueños de micro y pequeñas empresas, no se encuentren familiarizados con ellas. La RSE ha tenido resonancia en nuestro país, dependencias del sector publico y organismos del sector privado han emprendido diversas acciones, entre las que destacan la creación del Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) y la Alianza por la RSE (ALIARSE). Sus socios corporativos han aumentado cada año, así como el número de empresas interesadas en obtener los reconocimientos y distintivos como empresas socialmente responsables que otorga dicha institución. En la actualidad, son más de 700 las empresas nacionales o extranjeras que del 2000 a la fecha lo han obtenido en México una o más veces consecutivas.
En la primera semana de mayo, la Universidad Iberoamericana iniciará por primera vez en La Laguna un Diplomado en Responsabilidad Social Empresarial, el cual incluye 8 módulos de 10 horas cada uno, en los que se analiza a fondo la RSE y se establecen las bases y metodologías de implementación en las empresas. Este Diplomado está dirigido a empresarios, ejecutivos de empresas, personal académico, estudiantes y público en general que tenga interés en este importante tema. ¡Enhorabuena a la RED RSE Laguna y a la Universidad Iberoamericana!
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