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CONTEXTO LAGUNERO

Juan Manuel González

OTRA FORMA DE SER COMPETITIVOS

El fin de semana pasado dio inicio el Diplomado en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Iberoamericana, el grupo está formado por siete mujeres y once hombres con experiencia profesional, 18 personas de empresas locales muy interesadas en el tema, muy participativos y con muchas ganas de ser agentes de cambio.

La Responsabilidad Social Empresarial, RSE, se constituye cada día en una variable clave de la competitividad organizacional y ha permitido que muchas empresas de todos los sectores económicos, con sus diferentes ofertas de productos y servicios, hayan ganado espacios muy amplios de confianza entre los consumidores, los que ya no se preocupan, en mayor grado, por los aspectos de seguridad y confiabilidad de los productos que consumen, y que buscan con avidez aquellos suministros que proceden de organizaciones que muestran un alto grado de compromiso con el desarrollo sostenible y el manejo ético y moral de sus negocios, como elemento fundamental que permite establecer bases de acuerdo en las cadenas productivas y comerciales, generando un clima de confianza para quienes dirigen los negocios y se comprometen con estos parámetros.

El concepto de responsabilidad social empresarial, poco a poco, como lo fueron en sus inicios la certificación ISO o la línea 01-800 de servicio al cliente, ha venido dejando de ser una moda o solo un planteamiento académico conducente a complementar la formación de los futuros administradores de empresas, y se ha constituido hoy en un factor esencial de competitividad, en unos mercados que exigen, día a día, más compromiso de los empresarios con los conceptos que garanticen la estabilidad del ecosistema y el desarrollo equilibrado de los valores humanos que comparten las sociedades involucradas en la internacionalización de la economía.

La participación activa de las ONGs en el mundo, que han salido de los límites tradicionales señalados por la política, para procurar la fiscalización del comportamiento de las organizaciones multinacionales, se han constituido en nuevas formas de asociación de los consumidores en busca de hacer respetar sus derechos, los cuales ya no se limitan solo a los tradicionales conceptos de las arcaicas 4 Ps del mercadeo (producto, precio, promoción y plaza), y hoy se centran en aspectos de comportamiento organizacional que determinan, en buena medida, las variaciones de la demanda y los posibles boicots que los nuevos grupos de presión están dispuestos a ejercer sobre aquellas empresas que no respetan los derechos; y ya no solamente de las mayorías, incluso de grupos minoritarios que muchas veces también constituyen por sí mismos, objetivos de mercado para los negocios.

Pero, ¿hasta dónde llegan estas nuevas tendencias de comportamiento de la demanda que los productores de bienes y servicios exitosos deben contemplar y asimilar, para actuar en consecuencia?

Esta es la pregunta del millón, difícil de comprender porque implica una relación directamente proporcional entre lo que hoy en día entendemos como un mundo desarrollado y el que no lo es. La RSE se da en empresas que entienden la modernidad y los nuevos retos de la humanidad y la necesidad de ser actores clave en esos retos.

La aplicación de sistemas de regulación de competencia, que buscan procurar organizaciones que garanticen la estabilidad integral de las comunidades en las cuales se desempeñan, ya no solo incluye regulaciones tradicionales de control de calidad, en lo relacionado con lo que tiene que ver con las normas ISO y con todo lo que significa la concepción revolucionaria de preservación del medio ambiente. También exigen de las organizaciones comportamientos, en su estructura empresarial, que garanticen los derechos mínimos de los trabajadores a tener un ingreso y un trato justo, acordes con lo que reconoce, como condiciones mínimas de equidad, el derecho internacional humanitario.

Afortunadamente las tendencias muestran que la influencia de los consumidores es creciente y va más allá, en la medida en que los nuevos consumidores desean conocer aspectos relacionados con la misión y los valores, con la filosofía organizacional de las compañías que producen los bienes y servicios que consumen.

Por las razones anteriores hoy podemos percatarnos de que las propuestas de los empresarios a sus clientes, incluyen aspectos que antes no preocupaban a sus colegas de antaño.

La Misión y la Visión de la compañía exitosa, es claramente divulgada por los empresarios con el ánimo de enganchar a los consumidores con propuestas complementarias a las bondades de los bienes y servicios que ofertan, como garantía de soporte que expresa la coincidencia de los valores de la organización con la de los diferentes públicos con los que se relaciona. La Misión y la Visión, aparte de reflejar el objetivo de que la empresa sea rentable, muestra objetivos prioritarios adicionales relacionados con la sociedad y con el medio ambiente.

La masa crítica de empresas mexicanas que ya están formalmente comprometidas con la RSE, ha permitido que ésta adquiera una dinámica propia que le permite sostenerse y crecer. Los países en desarrollo deben penetrar a fondo en estas materias e irradiarlas hacia el mundo de las empresas y sus empresarios, si queremos que éstos últimos actúen con una concepción diferente de la producción y la productividad que, en sus formas más tradicionales, han dejado de lado la equidad, la justicia social, el desarrollo humano y el cuidado del medio ambiente, sin tener la visión de una forma adicional de ser competitivos.

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