MUJERES QUE NO SE CREYERON EL CUENTO
En la colaboración de la semana pasada comenté la iniciativa que en el año 2011 se lanzó en Europa para crear la Escuela de Negocios Europea para Mujeres de Consejos de Administración como un esfuerzo para aumentar la diversidad de género en las altas esferas administrativas. Comenté también que, como resultado de esta propuesta, se generó una base global de datos de "Mujeres Listas para Consejos" lo cual es una muy buena fuente para que las corporaciones encuentren candidatas que reúnan el perfil que buscan para sus Consejos de Administración.
También comenté el testimonio de una mujer de negocios respecto a la presencia femenina en los Consejos de Administración. Ella opinaba diciendo: "Yo he participado en varios programas de capacitación en donde vemos cómo evitar los errores más comunes de las mujeres y aun así, esto es difícil en el mundo real. Tenemos unas raíces muy profundas acerca de la dinámica entre hombres y mujeres y no es fácil lograr el cambio".
Probablemente los lectores y lectoras se pregunten cuáles son los errores más comunes que cometen las mujeres. Esos errores tienen su origen en la institución social que conocemos con el nombre de familia. Por lo general, la mujer es aleccionada ahí para conducirse de tal forma que la unidad familiar esté asegurada contra todo lo que pueda atentar a su integridad.
Por ello, a ella, y sólo a ella, se le ha enseñado a ser dulce, complaciente, sumisa, sacrificada y a anteponer a los suyos, los intereses de los demás, suceda lo que suceda. Se le ha tratado de inculcar la creencia de que estas actitudes son instintivas en la mujer y cuando ella se atreve a reclamar su derecho a ser tratada con las mismas consideraciones que se le tienen a su hermano varón, se le recrimina : ¿Dónde está tu instinto femenino? Y se le hace sentir culpable por ello.
Todo el tiempo se le habla a la mujer de esos "maravillosos" instintos femeninos que la colocan en desventaja ante muchas situaciones. Complacer, dulzura, compasión, obediencia, sacrificio, culpa, aceptar las injusticias, obligación, dependencia y emotividad. Todavía en la actualidad, con amplias posibilidades de conquistar el mundo laboral el cual era sólo para los hombres, a la mujer se le obliga a sentir remordimientos por dejar unas horas a los hijos mientras trabaja y tiene que "compensar" el tiempo que permanece fuera de casa multiplicándose para vigilar tareas escolares, mantener todo impecablemente limpio, servir alimentos frescos y calientes y escuchar, aconsejar y consolar a los demás miembros de la familia y con frecuencia también hacerse cargo del aseo y alimentación de las mascotas, de lo contrario, se le cataloga como mala madre y peor esposa.
Complacer. Las relaciones humanas (matrimonio, noviazgo, amistad) se nutren y crecen con equidad porque de lo contrario, son abusos en los que el más débil pierde sus derechos. El hecho de complacer debe estar equilibrado con la autocomplacencia.
La dulzura. No es mala, pero sobrevivir es difícil y para avanzar, a veces se necesita cierto grado de agresividad ya que sin ella, los oportunistas acabarían a quienes siempre abanderan la dulzura. La dulzura femenina sin límite, asegura el dominio de quienes abusan.
La compasión. Este es uno de los "instintos" que más problemas les acarrea a las mujeres. Es una cualidad deseable y digna de alabanza, pero también se puede convertir en un arma de doble filo. Hay que manejarla con mucho cuidado y dosificarla con cuentagotas para evitar que te manipulen con ella.
Obediencia. La obediencia es buena, pero cuando es ciega, sus consecuencias pueden ser extremas y pueden causar frustraciones, injusticias y letargo cultural. Permanecer encerrada en casa, renunciar a los sueños profesionales, siempre limpiar la casa hasta dejarla siempre impecablemente limpia, estas indicaciones eran obedecidas ciegamente por las mujeres de antes y por muchas de la actualidad.
Sacrificio. Actos de amor o como quieras llamarlos, se deben equilibrar con los intereses propios. En esta época el auto sacrificio está fuera de lugar. Hoy, afortunadamente, contamos con los medios materiales y emocionales para cumplir con los deberes y para satisfacer también necesidades propias.
La culpa. La mejor manera de mantener dominada a una mujer es haciéndola sentir culpable por lo que piense y sienta y fomentando en ella sentimientos de minusvalía, la mujer no debe atrapar la pelota de la culpa, sobre todo, si no la tiene. Y si la tiene, existen maneras de reparar errores, lograr acuerdos y combatir conductas inadecuadas.
Aceptar las injusticias. Este "instinto" afortunadamente está desapareciendo. Hoy en muchos casos, son las mujeres las que han iniciado movimientos sociales contra la injusticia y hacen valer su voz y sus actos de manera más efectiva que los hombres. No importa qué edad se tenga, siempre se es tiempo de iniciar una vida libre de injusticias.
Obligación. No se debe adquirir compromisos para darle gusto a alguien. No permitas que nadie abuse de tu buen corazón, ni siquiera a tu familia, no te esclavices.
Dependencia. La importancia de la independencia económica de la mujer es indiscutible, sin embargo, hay otra dependencia que la ata: la emocional. Haz un inventario de tus cualidades, talentos y potencialidades, seguro descubrirás que no necesitas depender de lo que otros sienten o piensen de ti, la opinión más importante, la tuya, será excelente.
Emotividad. El exceso de emotividad no es inofensivo, este exceso puede cambiar el significado de las palabras y provocar arrebatos pasionales que culminan en delitos, se debe enfriar la cabeza antes de tomar una decisión.
A pesar de las grandes cualidades que la adornan, por dentro y por fuera, los compañeros de la oficina ven a las mujeres en los negocios por encima del hombro y las califican de "raras" por no creerse el cuento de que son menos mujer por no ser como otras.
Afortunadamente ya son muchas las personas que han cambiado su criterio para adoptar las ideas del siglo veintiuno. No tengas miedo, anímate a desarrollar a esa super mujer que hasta hoy ha vivido inhibida dentro de ti.
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