Rompen bloqueo. Manifestantes y granaderos se enfrentaron en uno de los accesos a la nueva sede del Senado de la República.
Una jornada de protestas, bloqueos y enfrentamientos vivió ayer la nueva sede del Senado de la República, en donde se discute la reforma laboral.
Decenas de ciudadanos, estudiantes e integrantes de sindicatos obreros bloquearon desde las 8 de la mañana los accesos al recinto legislativo en protesta por la reforma laboral aprobada por la Cámara de Diputados y que fue turnada ayer a la Comisión del Trabajo del Senado.
Para ingresar al edificio los senadores tuvieron que hacerlo a pie y a escondidas, a través de un hotel contiguo, de los estacionamientos o restaurantes de la zona.
Luego de cerca de tres horas de bloqueos, el Senado consiguió el quórum para arrancar su sesión ordinaria.
Ernesto Cordero, presidente del Senado, aseguró que los legisladores no suspenderán labores a pesar de las manifestaciones y del cerco de inconformes que se instaló en torno a la nueva sede de la Cámara alta. Minutos más tarde, estudiantes y granaderos del Distrito Federal protagonizaron un enfrentamiento en uno de los accesos al Senado. Para dispersar a los manifestantes, los granaderos arrojaron gas pimienta.
Ante las protestas, la Mesa Directiva del Senado aprobó que los legisladores puedan llevar a cabo sus sesiones en sedes alternas.
El acuerdo señala que los 128 senadores podrán sesionar en la sede antigua o en cualquier sala del nuevo inmueble.
La Comisión del Trabajo del Senado aceptó un diálogo abierto con las organizaciones sindicales y conocer sus puntos de vista sobre la reforma laboral. El presidente de la comisión, Ernesto Gándara, aseguró que están dispuestos a escuchar a todos los actores involucrados y declaró a este órgano en sesión permanente para tratar de tener un dictamen a la minuta de reforma en el tiempo que marca la ley, que es de 30 días.
Por su parte, los manifestantes anunciaron toma de instalaciones de instituciones públicas, cierre de casetas, carreteras, manifestaciones en televisoras, centros financieros turísticos y de tiendas comerciales, para expresar su rechazo a la reforma laboral, contra lo cual dijeron estar dispuestos a ir a la huelga nacional.
