Las y los jóvenes se desenvuelven en colectividades en las que desarrollan prácticas comunes que hacen que se identifiquen como miembros de una sociedad específica; en ocasiones, se convierten de manera simbólica en propietarios de espacios públicos en los que realizan actividades sociales, culturales y recreativas a las que les atribuyen un determinado significado.
México es uno de los 189 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en donde cada seis años se propone en su Plan Nacional de Desarrollo (PND) políticas que se enlazan con las establecidas por la ONU y para que contribuyan a la solución de los problemas que afectan a los distintos países en el mundo.
Las y los jóvenes mexicanos, igual que los de otros países, se han visto afectados por rezago educativo, falta de empleo y problemas de salud pública, como tabaquismo, alcoholismo, enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados; por ello se marcan objetivos y estrategias que deben seguir las políticas públicas del país.
Uno de los países con más alto índice de rezago educativo es México; se estima que el promedio de escolaridad de la población de entre 15 y 24 años es de 9.7 y sólo uno de cada cuatro jóvenes entre 18 y 22 años ingresa a la universidad.
Sin embargo, en educación básica se tiene un rezago de 30 millones de personas de más de 15 años que no han cursado o concluido sus estudios de primaria o secundaria, de los cuales la mitad tiene entre 15 y 35 años de edad.
Para resolver este problema, es necesario el diseñó de estrategias como elotorgamiento de becas educativas en todos los niveles para que estudiantes de escasos recursos tengan acceso a la educación; la segunda, fortalecer los esfuerzos de alfabetización e integrar a los jóvenes y adultos a los programas de enseñanza abierta para abatir el rezago educativo.
Entre las tareas sustantivas que se han impulsado en los regímenes en México desde la década de los setenta del siglo pasado, pero con mayor énfasis a partir de la última década, ha estado la promoción de la cultura ciudadana en los jóvenes, en particular mediante diversos programas en los niveles educativos que van desde la secundaria hasta la universidad, aunque también se ha intentado en la educación primaria.
Los esfuerzos de los gobiernos federal, estatal y municipal a través del sector educativo, son indispensables para fomentar la cultura ciudadana de la participación, fundamentalmente entre los jóvenes de los 12 a los 15 años. Es decir, en la etapa en que cursan la educación secundaria y tiene la actitud para forjase como buenos ciudadanos.
Nosotros como parte del gobierno estatal nos queda la responsabilidad de empoderar a las mujeres jóvenes a través de programas y talleres que las ayude a reflexionar sobre su vida y un mejor futuro para ellas y México.