Buena noticia. Hace siete décadas la esperanza de vida de una persona era de 48 años, hoy es de 75.
Los avances tecnológicos en materia de salud que permiten abatir las enfermedades infecciosas y parasitarias, así como las crónico degenerativas, han provocado un aumento de vida en el hombre de un 56 por ciento en los últimos 70 años.
En 1994, el hombre vivía en promedio 48 años siendo la mujer la que tenía la mayor esperanza de vida con 49 y en el sexo masculino 47; setenta años después esto ha cambiado, la mujer tiene una esperanza de vida de 77 años y el hombre de 74, por lo que el promedio es de aproximadamente 75 años de vida.
De acuerdo al Inegi, la esperanza de vida en la mujer se da porque es menos propensa a sufrir accidentes y, en general, adopta menos conductas violentas donde peligre su vida, pero en ambos, la sobrevivencia está condicionada por factores biológicos y sociales propias de cada sexo.
La reducción en los niveles de morbilidad y mortalidad es consecuencia de un cambio en la composición de las causas de muerte, que dieron cauce a una transición epidemiológica y a los avances tecnológicos en materia de salud.
En el estado de Durango la población en 1940 vivía en promedio 48 años, observándose mayor esperanza de vida en las mujeres que en los hombres; siete décadas después, la esperanza de vida incrementa a casi 75 años, es decir, la sobrevivencia en las mujeres amplía su brecha en casi cinco años con respecto a la de los hombres.
De acuerdo a las estadísticas de mortalidad, las enfermedades isquémicas del corazón, la diabetes mellitus y los tumores malignos son las principales causas de muerte de la población duranguense, y representan el 47.7 por ciento.
Armando Acevedo / El Siglo de Durango
