La resistencia civil declarada por indígenas contra la guerra que libran militares y rebeldes en el Cauca, tiene su origen en la ejecución del Plan Colombia antidrogas, afirmó el director de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco.
En entrevista con el diario El Colombiano, Vivanco aseguró que lo que sucede en el departamento sureño del Cauca lleva más de una década e inició con la puesta en marcha del Plan Colombia, una estrategia de guerra total al narcotráfico y la insurgencia.
"Con el Plan Colombia se prometió a los ciudadanos y la comunidad internacional que el Estado tomaría medidas para tener presencia en zonas clave que tenía abandonadas", incluido un alto componente social, subrayó.
Agregó que se "partía desde la Fuerza Pública, pero estaría acompañado por un proceso institucional para que esas comunidades que no cuentan con beneficios del desarrollo, encontraran en el Estado acogida para resolver sus contiendas".
"Es decir, un sistema de justicia al que tuvieran acceso para dirimir asuntos de educación y salud, y no sólo de seguridad”, explicó al rotativo local el director de la organización no gubernamental (ONG).
Asociaciones defensoras de derechos humanos coinciden en que en zonas como el Cauca, el Estado priorizó el complemento militar y relegó el social, lo que derivó tras varios años de conflicto en la rebelión indígena.
Los nativos colombianos se declararon hace dos semanas en resistencia civil, en el marco de la cual iniciaron la destrucción de las trincheras militares y rebeldes para presionar su salida de sus territorios, para ellos sagrados.
La confrontación militar entre el ejército y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ha dejado varios indígenas muertos y decenas de casas destruidas, en Toribío, Caloto y Jambaló.
El Plan Colombia ha contado por más de una década con la ayuda de Estados Unidos, la mayoría en equipos y asesoría militar a las tropas que apoyan la erradicación de cultivos de coca en zonas de conflicto.
