Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal, criticó la entrega de despensas para condicionar votos en tiempos electorales.
Dijo que son mejores los comedores comunitarios, donde el gobierno se organiza con la comunidad y no funcionan sólo por temporadas, sino que son permanentes.
Durante una convivencia con personas que operan comedores comunitarios en diferentes puntos de la ciudad, el mandatario capitalino habló de los beneficios de este programa operado por la Secretaría de Desarrollo Social, en el que la administración del Distrito Federal ayuda con materia prima y la gente cocina para ofrecer comidas completas a 10 pesos.
Entre aplausos, agregó: "Quiero decirles que este programa es uno de los menos costosos del país, porque en otros lados a la gente le quieren andar regalando despensas y condicionarla para que voten por uno, voten por el otro. Se van las campañas, adiós despensas, no les interesa eso".
Ante más de 200 personas, dijo que "a nosotros los que nos interesa es que la sociedad se organice porque estos comedores deben perdurar, no son para una temporada, sino que se queden; y es más, que hagamos otros porque nos hacen falta. ¿Cuál es el objetivo?, que todas las personas estemos seguros, que en nuestra ciudad todas las personas, así sean los pequeñitos, los adultos, también nuestros viejitos, nuestros adultos mayores, no se nos queden sin comer".
Argumentó que son necesarios más comedores y lanzó el comentario "dicen que alcanza con muy poco y una sarta de cosas que dicen, que hablan de otro mundo, yo sé que aquí sí hace falta, tan es así que todos los comedores tienen 250 o 300 personas cada vez.
Entonces, sin decir nombres, lanzó la crítica: "Cuánto cuesta toda la comida, la carne carísima, el huevo, no digas porque luego van a decir que le andas preguntando al que no sabe, al que no sabe los precios, entonces, ¿tu sí te sabes los precios no?", le dijo a una señora, aunque él tampoco dijo el costo de ninguno de los alimentos mencionados.
Marcelo Ebrard y su esposa, Rosalinda Bueso, pasaron por los más de 20 puestos de comida y, contrario a la costumbre del mandatario, ambos probaron diferentes platillos y hasta se llevaron el famoso "itacate".