Cambios lo merman. El proyecto sufrió modificaciones para incluir espacios como el gimnasio de adultos mayores y el Museo Interactivo, pero le restarán de utilidad a otros y sacrificarán área verde.
El proyecto original del Parque Ecológico La Esperanza ha sufrido modificaciones que podrían mermar la utilización y aprovechamiento de sus espacios, así como el concepto de principal pulmón de la Comarca Lagunera con el que se asoció al comienzo de las obras.
Tras varios meses de lucha por conocer su contenido, el presidente de la Comisión de Preservación del Patrimonio Cultural de Gómez Palacio, Carlos Burciaga López, dirigió un oficio sin número a la delegación regional de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado (Secope), con varias observaciones al proyecto.
Entre éstas destaca el cambio de orientación con vista al poniente a la cancha de basquetbol y a las gradas del campo de futbol siete, el cual provocará que se amplíen los periodos de "encandilamiento" o exposición directa al sol, por lo tanto será menor el tiempo en que la gente podrá aprovechar estos espacios.
A este respecto, la Secope había señalado que se contempla instalar velaria a modo de techo en las canchas deportivas. Los cambios en la orientación se hicieron para incluir el gimnasio para adultos mayores, que originalmente no figuraba en el proyecto.
Otro detalle son los cajones para el estacionamiento de vehículos, que, a decir de Burciaga López, son insuficientes para las dimensiones del parque según los reglamentos.
El argumento del Grupo de Diseño Urbano, que elaboró el proyecto, fue en el sentido de que no todos los espacios serían ocupados tal y como ocurre con un parque que ellos mismos diseñaron en Xochimilco, "aunque no han tomado en cuenta que cuando hay un nuevo espacio va poca gente pero después lo más seguro es que se sature", indicó Burciaga.
Esta compañía ha realizado otros proyectos arquitectónicos en la ciudad de Durango, y para definir qué especies de árboles se plantarán en el parque, se apoya en las condiciones climáticas de la Capital, que son muy distintas a las de nuestra región y en lo que manejan dependencias estatales y el propio municipio. Por este motivo no se contemplan especies nativas sino básicamente otras que correrían el riesgo de perderse si no se adaptan.
La empresa proyectista reconoció también que para construir el Museo Interactivo hacia el lado oriente, tendrá que sacrificarse gran parte del área verde que se tenía contemplada. En contraparte, las dimensiones de este museo serán sólo de un 30% con relación al Bebeleche de la capital.
Además de presidir dicha Comisión, Carlos Burciaga cuenta con estudios de posgrado en Arquitectura Bioclimática y Valuación Inmobiliaria. La ubicación de los andadores al interior y no en la periferia como se había proyectado, fue corregida tras sus señalamientos.
