Muchos hombres no lloran ni abrazan ni dicen “te quiero”. Pero lejos de culparlos de ser unos insensibles, esta conducta tiene una explicación científica. Se trata de la alexitimia, un trastorno neurológico que impide expresar los sentimientos de manera adecuada. INGIMAGE
¿Cuántas veces hemos oído aquello de que los hombres no lloran? Aunque en algunos casos es cierto, muchos hombres no lloran ni abrazan ni dicen “te quiero”. Pero lejos de culparlos de ser unos insensibles, esta conducta tiene una explicación científica. Se trata de la alexitimia, un trastorno neurológico que impide expresar los sentimientos de manera adecuada y que afecta sobre todo a los hombres.
No es que ellos no tengan sentimientos, es que su cerebro no sabe etiquetarlos como tal y por ello, no pueden expresarlos como otras personas. Para una persona afectada por alexitimia es imposible, por ejemplo, expresar cariño o deseo. Tienen relaciones afectivas e incluso sexuales, pero lo hacen siguiendo un patrón de conducta en lugar de sentirlo.
Aunque las mujeres también son susceptibles de sufrir este trastorno (el 1.8% de las féminas lo padecen), la alexitimia afecta de manera mayoritaria a los hombres (en torno al 8%) y la mayoría de las personas que lo padece ignora que lo sufre, lo que ocasiona muchos problemas sobre todo a la hora de relacionarse. Cuando estas personas tienen una relación de pareja, por ejemplo, siempre tienden a fracasar, ya que la otra persona acaba cansándose de su falta de afecto. Además, cuando estas relaciones se acaban también son incapaces de mostrar dolor o pena y de llorar. No es que no lo sientan, es que no lo saben expresar.
Como en todos los trastornos, existen diferentes grados de alexitimia y en su nivel más avanzado puede formar parte de un tipo de patología del autismo. También son diferentes las causas por las que se genera: puede aparecer tras haber sufrido un ictus o un tumor, o haberse desarrollado ya desde la infancia por tener una carencia en la estimulación de los afectos del niño.
Por ello, el tratamiento de esta patología será diferente en cada uno de los casos, pero es importante tratarlo, ya que el hecho de no tener emociones puede provocar el aislamiento personal y que la persona que lo sufra desarrolle problemas de alcoholismo, de drogadicción o trastornos alimentarios. Dicho tratamiento puede ser farmacológico o psicológico, si se trata de una consecuencia del aprendizaje emocional, y consistirá en enseñar a los pacientes a identificar sus emociones y a que aprendan a compartirlas con los demás.
