El presidente Raúl Castro descartó hoy la existencia de otras agrupaciones políticas legales en Cuba aparte del gobernante Partido Comunista (PCC) y anunció un combate sin tregua para liquidar la corrupción y el oportunismo en la isla.
Al clausurar la primera conferencia nacional del PCC, proclamó este domingo que renunciar al unipartidismo en el país, "como pretende el imperialismo (Estados Unidos) conduciría a la derrota de la Revolución y sacrificaría la unidad del pueblo”.
El cónclave, iniciado el sábado, concluyó este día con la decisión de limitar a una década el tiempo para ocupar un cargo de poder y la promesa de librar una campaña contra la corrupción, un fenómeno que llevó a la cárcel en los últimos meses a varios cubanos y extranjeros.
Ante los más de 800 delegados, el mandatario de 80 años criticó a quienes se ilusionaron con que esta Conferencia marcaría el inicio del desmontaje político y social de la Revolución y reclamaban la restauración del modelo multipartidista.
Tras un duro ataque a los corruptos, algunos enquistados hasta en el PCC, prometió que su gobierno promoverá cada vez más "una mayor democracia en nuestra sociedad, empezando por dar el ejemplo dentro de las filas del Partido", con poco más de 800 mil militantes.
Opinó que esta acción contribuirá también a superar "actitudes simuladoras y oportunistas surgidas al amparo de la falsa unanimidad y el formalismo en el tratamiento de diferentes situaciones de la vida nacional".
Según la Constitución vigente desde 1976, el Partido Comunista de Cuba (PCC), con poco más de 800 mil militantes en una nación de 11.2 millones de habitantes "es la fuerza dirigente superior de la Sociedad y el Estado".
El gobernante comentó que lo único que puede conducir a la derrota de la Revolución y el socialismo en Cuba, sería "nuestra incapacidad de superar los errores cometidos durante más de 50 años, desde el primero de enero del 59, los nuevos y los del futuro".
En mensaje a quienes cifraron demasiadas esperanzas en la Conferencia, pidió no considerar que las decisiones aprobadas y los acuerdos adoptados en el VI Congreso (abril pasado) constituirán "la solución mágica a nuestros problemas".
En la cita celebrada en el Palacio de Convenciones, los delegados acordaron priorizar la prevención y el enfrentamiento a la corrupción, las ilegalidades e indisciplinas y rechazar cualquier manifestación de impunidad.
En alusión a las condenas a Cuba por la muerte del preso Wilman Villar el pasado 19 de enero, Castro denunció lo que llamó "brutales campañas anticubanas instigadas por el gobierno de Estados Unidos y algunos otros tradicionalmente comprometidos con la subversión contra nuestro país".
Aseguró que su propósito ha sido “desacreditar a la Revolución, justificar la hostilidad y el bloqueo contra la población cubana y crear una quinta columna que facilite la aspiración de privarnos de la independencia y soberanía nacional”.
El gobierno cubano niega que Villar fuera un disidente que murió tras una huelga de hambre de 50 días, y en cambio sostiene que era un recluso común condenado a cuatro años por los delitos de desacato, resistencia y atentado, y murió tras un "fallo multiorgánico".