Planeta rojo. Imagen tomada desde el robot explorador 'Opportunity', en el planeta rojo.
En Marte no existen canales construidos por seres inteligentes para abastecer agua desde los casquetes polares hacia los "desiertos", como imaginó el astrónomo Percival Lowell en 1908. Pero sí podría haber trazas de vida microbiana pasada o presente. Un nuevo "invasor" terrestre, el Curiosity, se apresta a descubrirlo.
Si no existió falla técnica en la maniobra de amartizaje prevista por la NASA, esta madrugada (12:30 hora central de México) y tras un viaje de 570 millones de kilómetros, debió tocar suelo rojo el vehículo explorador también conocido como Mars Science Laboratory, el mayor y más sofisticado jamás enviado a otro planeta.
El Curiosity es del tamaño de un auto y porta 10 instrumentos científicos (entre ellos el SAM, Sample Analysis of Mars, en cuyo diseño participó el investigador mexicano Rafael Navarro González, de la UNAM). Con este equipo, el rover analizará muestras del suelo y la atmósfera marcianos.
El sitio de amartizaje, el cráter Gale, cercano al Ecuador y con un monte llamado Sharp de 5.5 km en su centro, fue escogido por la NASA debido a su rico contenido de sedimientos y por ser una zona de declive donde pudieron confluir numerosas corrientes de agua, compuesto ligado con la vida.
"La primera tarea que realizará el rover será determinar exactamente en qué parte de la elipse de aterrizaje está ubicado y revisar sus susbsistemas", comentó en entrevista el doctor Paul R. Mahaffy, investigador del Centro Espacial Goddard de la NASA y quien participa también en el experimento SAM.
"Obtendremos las primeras imágenes de las cámaras de ingeniería y desplegaremos la cámara maestra para poder tomar una vista panorámica a los alrededores. Después de algunos días se alistarán los sensores de SAM y éste comenzará a tomar muestras de la atmósfera", precisó el jefe del Laboratorio de Ambientes Planetarios del citado centro.
CRÓNICAS MARCIANAS
Gracias a los viajes de otras sondas se sabe que Marte es un mundo inhóspito, "frío" en comparación con la Tierra y barrido constantemente por la radiación UV solar. Grandes tormentas de arena surgen en sus desolados paisajes y oscurecen sus cielos durante meses. Pero los datos enviados por el orbitador Reconnaissance (MRO) sugieren que el planeta vecino alguna vez alojó lagos y ríos líquidos.
"El cráter Gale y su montaña develarán esta intrigante historia. Las capas de sedimentos que ahí existen nos darán la crónica de la evolución ambiental de Marte", señaló en un comunicado Matthew Golombek, un científico del Jet Propulsion Laboratory que participa en este programa.
El MRO detectó trazas de arcilla cerca de la base del monte Sharp, así como minerales sulfatados un poco más arriba. Ambos se forman en la presencia de agua e incrementan la posibilidad de que se produzcan ambientes propicios para la vida en sus formas elementales, tal como la conocemos.
"Podría tomar varios meses o un año (terrestre, pues los años marcianos duran el doble) al Curiosity llegar al pie de la montaña, según las paradas que haga en su trayecto. Habrá mucho que analizar antes de entrar a la zona de elevación", añadió Golombek.
Mahaffy señaló que con el Curiosity hurgarán el potencial que tuvo el ambiente primigenio del cráter Gale para sustentar la vida, lo cual requerirá "un estudio detallado de la química y la mineralogía de los suelos y rocas".
"Al comparar la atmósfera actual con los gases liberados por antiguas rocas (lo que podrá hacer el vehículo con sus diversos instrumentos in situ) podremos aprender cómo ésta ha cambiado a través de miles de millones de años, pues tal vez, al perderse parte de la misma, Marte dejó de alojar agua líquida en su supericie por mucho tiempo y se convirtió en el planeta como es actualmente, donde la mayor parte del agua cercana a la cubierta está congelada", añadió el científico de la NASA.
EL LEGADO
Con esta nueva incursión la NASA no sólo obtendrá valiosa información sobre la composición físico-química de Marte, en particular la relacionada con compuestos orgánicos (no necesariamente materia viva) como carbono y metano.
También desarrolla y afina nuevas tecnologías que después podrán usarse para realizar prospección o minería en la Luna, en otros mundos o en la misma Tierra. Y de paso, allana el camino hacia la eventual colonización del planeta rojo.
"Aterrizar este pesado vehículo será un gran paso y allanará la ruta hacia la eventual presencia humana en Marte. Muchos de los instrumentos del Curiosity podrán utilizarse para un futuro retorno a nuevos sitios en la superficie lunar", dijo Mahaffy.