Cambios. Dos mujeres verifican sus pasaportes en las cabinas de emigración del aeropuerto José Martí.
Las autoridades cubanas levantaron el impopular requisito de exigir un permiso de salida a los ciudadanos que quisieran viajar al exterior; una medida prometida desde hace meses por el presidente Raúl Castro y que sus compatriotas aplaudieron este martes.
"Este es un notición", dijo a The Associated Press, Bertina Rodríguez, una oficinista de 47 años, cuando el martes por la mañana se enteró de la supresión del permiso. "La gente lo estaba esperando desde hace rato".
La Gaceta Oficial publicó el martes en la madrugada varios decretos y resoluciones que reforman aspectos de la ley migratoria cubana. Uno de sus apartes más destacados lo constituye la eliminación de la "tarjeta blanca", que es un visado de salida que los cubanos debían obtener obligatoriamente para viajar y sin el cual no podían abandonar el país.
La norma entrará en vigor el 14 de enero de 2013.
Desde al menos 2011 los cubanos habían escuchado al presidente Castro prometer la eliminación del permiso de salida, pero una y otra vez el mandatario aseguró que estaba en "estudio".
Castro está adelantando una serie de reformas y programas para actualizar el modelo económico de la isla, cuyo objetivo fundamental es mejorar la eficiencia y reducir la burocracia, sin perder la impronta socialista o el fuerte control estatal sobre la economía.
Las recién aprobadas disposiciones migratorias también establecen que en las próximas semanas se expedirán pasaportes a quienes los soliciten y se renovarán los que no hayan sido refrendados en los dos últimos años, pues los pasaportes cubanos tienen una vigencia de seis años pero su revalidación se debe solicitar cada dos.
Con el pasaporte, los cubanos podrán salir de la nación caribeña junto con la correspondiente visa del país receptor, sin tampoco tener que presentar una carta de invitación de una persona del extranjero.
En las calles de La Habana, la noticia fue recibida con una mezcla de deleite y asombro, después de muchos anuncios oficiales sin que la población tuviera la medida aprobada y en funcionamiento.
"¡Ay qué bien!", dijo Mercedes Delgado, una jubilada de 73 años de edad. "Se restituyen los derechos ciudadanos. Me siento muy contenta porque hay un avance".
Otro de los aspectos clave de la norma es que amplió a 24 meses la permanencia en el exterior de los residentes en la isla que viajen por asuntos particulares, contados a partir de la fecha de salida del país. Cuando excedan ese tiempo podrán solicitar prórrogas.
En la actualidad, la permanencia máxima en el extranjero para los cubanos es de 11 meses. Si no retornan al país durante ese tiempo, los ciudadanos cubanos pierden el carácter de residente de la isla y con ello a derechos como la atención sanitaria gratuita, seguridad social y la educación sin costo.
"Realmente son medidas, cambios sustanciales, profundos no es nada cosmético lo que estamos haciendo", dijo a periodistas el coronel Lamberto Fraga, segundo jefe de la Dirección de Inmigración y Extranjería cubana.
Una gran mayoría de los 11 millones de cubanos tienen parientes viviendo o trabajando en el extranjero, sea de como emigrados o cooperantes internacionales mediante convenios con países como Venezuela, Angola y otros.
Cifras oficiales estiman en un 60% los cubanos que tienen acceso a dólares o divisas fuertes sea mediante remesas, porque trabajan en sectores como el turismo o por operar con empresas mixtas.
Sin embargo, las autoridades planean mantener las limitaciones a la salida de algunos ciudadanos que son "profesionales o técnicos vitales", aún no especificados, bajo el argumento de evitar una eventual fuga de cerebros al extranjero.
"Recordamos a las personas no arriesgar sus vidas al emprender arriesgados viajes en el mar", dijo William Ostick, vocero del Departamento de Estado. "Y, por supuesto, aún sin visas de salida, las visas de entrada serán requeridas por casi todos los países en la región".
Cubanos en el exilio están escépticos
Los cubanos del exilio estadounidense recibieron el martes con una mezcla de escepticismo e incredulidad el anuncio de las autoridades de La Habana de que ya no será necesario un permiso de salida de la isla para sus compatriotas que quieran viajar al exterior.
En las calles de los vecindarios cubanos de Miami y Union City, en Nueva Jersey, se veía tranquilidad y casi nadie hablaba del tema, como si no hubiese existido la noticia del gobierno cubano.
"Eso es mentira. Lo dudo mucho porque Cuba se vaciaría si fuera cierto", expresó a la AP Alejandro Jiménez, un cubano de 42 años, al ser consultado por The Associated Press sobre las medidas anunciadas por las autoridades de La Habana.
Para su compatriota Augusto Peña, la noticia tampoco es cierta.
"Para mí todo es un juego político. No puedo creer nada del comunismo", manifestó Peña, un masajista terapéutico de 45 años, cuando la AP le consultó sobre las medidas anunciadas por el gobierno cubano. "No creo nada de eso, lo de Cuba es el cuento de nunca acabar", dijo el cubano-estadounidense, que llegó a Miami cuando tenía 26 años y dijo que ya no tenía familiares en la isla.