La presidenta argentina debió cancelar el martes pasado su agenda de actividades al sufrir un “cuadro de hipotensión arterial leve, por el cual se le indicó reposo por 24 horas y control evolutivo', según informaron sus médicos. ARCHIVO
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue dada de alta hoy luego de haber sufrido la víspera una crisis de lipotimia que la obligó a guardar reposo durante 24 horas en su residencia.
El gobierno argentino explicó en un escueto comunicado que la mandataria desarrolló este miércoles sus actividades con normalidad en la presidencial Quinta de Olivos, donde mantuvo reuniones con varios colaboradores.
Agregó que los actos públicos se reanudarán este jueves, cuando Fernández de Kirchner encabece en la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo, la entrega del Documento Nacional de Identidad número 20 millones.
La presidenta argentina debió cancelar el martes pasado su agenda de actividades al sufrir un “cuadro de hipotensión arterial leve, por el cual se le indicó reposo por 24 horas y control evolutivo", según informaron sus médicos.
El estado de salud de la mandataria, de 59 años, es motivo de frecuente preocupación en este país, ya que desde enero de 2009 comenzó a padecer cuadros severos de lipotimia, que implican problemas de presión arterial.
En esa primera ocasión, la jefa de Estado tuvo que descansar una semana al diagnosticársele una “hipotensión crónica”.
Para finales de 2009, Fernández de Kirchner tuvo que volver a guardar reposo, aunque en esa ocasión por un esguince en el tobillo, y luego su estado de salud se mantuvo estable durante más de un año.
Los cuadros de lipotimia volvieron y se intensificaron en enero de 2011, apenas dos meses después del sorpresivo fallecimiento de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner.
La fragilidad de la mandataria fue evidente ante las recurrentes cancelaciones de actividades, algunas de ellas internacionales, como una gira que tenía previsto realizar en abril de 2011 a México y al mes siguiente a Paraguay.
En octubre del año pasado, en plena campaña electoral rumbo a la reelección, Fernández de Kirchner volvió a sufrir nuevamente mareos, pero fue en diciembre cuando su estado de salud desató una alarma porque sus médicos le diagnosticaron un cáncer en la tiroides.
A principios de enero de este año, la gobernante tuvo que tomar una licencia de 20 días para operarse, pero después de que se le extirpó la tiroides, los resultados de la biopsia revelaron que no tenía cáncer y que sólo había registrado un “falso positivo”.