Último adiós. Familiares y seguidores del opositor cubano Oswaldo Payá asisten a su funeral en La Habana.
Coronas de flores y cintas con los colores de la bandera cubana adornaron la tumba del connotado disidente Oswaldo Payá, quien falleció el domingo en un accidente de auto y fue sepultado ayer martes por familiares y correligionarios.
"En este momento en que la inesperada muerte de nuestro hermano Oswaldo Payá nos une en un dolor rayano en el desconcierto, hagan un esfuerzo por levantar con fe la mirada a Dios", expresó el cardenal Jaime Ortega, quien ofició la Misa de cuerpo presente en una capilla capitalina antes del entierro.
Ortega destacó el carácter de laico comprometido con la iglesia y de activista político de Payá, a quien el prelado conoció por tres décadas.
Varios cientos de personas abarrotaron la iglesia, en especial monjas, sacerdotes y laicos y escucharon la misa, luego de la cual se produjeron algunos forcejeos entre disidentes que gritaban "Libertad" y agentes de civil.
No se reportaron heridos en el forcejeo, pero posteriormente la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación nacional que dirige el activista Elizardo Sánchez estimó que hubo al menos 40 detenidos, entre ellos el disidente Guillermo Fariñas. Algunos fueron liberados horas después. Tras la misa en la capilla, los restos de Payá fueron llevados al cementerio capitalino donde se hizo un responso previo al entierro.
Payá, de 60 años, falleció el domingo por la tarde cuando el auto en el cual viajaba junto a Harold Cepero, el español Ángel Carromero y el sueco Jens Aron Modig, chocó contra un árbol.
Cepero también murió, pero Carromero y Modig sólo resultaron heridos y se encuentran fuera de peligro.
Hay versiones encontradas sobre el accidente, incluso algunas que lo consideraron intencional, pero sectores de la disidencia interna desestimaron esto -al menos hasta tener declaraciones directa de los dos sobrevivientes- y en cambio, siguiendo a los familiares, pidieron una investigación.