La Guardia Republicana de Egipto lanzó hoy un ultimátum a los manifestantes para que se retiren del área del Palacio Presidencial este mismo día, mientras el presidente Mohamed Morsi discute con su gabinete cómo estabilizar el país.
El ejército egipcio desalojará a los manifestantes que permanezcan en las inmediaciones del Palacio Presidencial de El Cairo después de las 15:00 horas egipcias y prohibirá toda manifestación cerca del complejo tras los disturbios, informó la Presidencia en un comunicado.
Pese al ultimátum, los opositores al mandatario egipcio convocaron a realizar esta tarde tres marchas hacia el palacio presidencial, en protesta contra “los ataques del miércoles de las milicias de los Hermanos Musulmanes” contra manifestantes pacíficos.
Las manifestaciones saldrán de las mezquitas Al Nur y Rabaa al Adauiya, en los barrio de Abasiya y Medinat Naser, así como del distrito de Matariya.
Poco antes, el ejército se había comprometido a no utilizar la fuerza contra los manifestantes tras el despliegue de blindados ante el Palacio Presidencial a raíz de los enfrentamientos de anoche entre los seguidores y opositores de Morsi, que dejaron unos seis muertos y casi 700 heridos.
El general Mohamed Zaki, jefe de la Guardia Republicana, encargada de la protección del presidente, aseguró que las “Fuerzas Armadas y la Guardia Republicana no serán una herramienta de represión contra los manifestantes”, según la agencia egipcia de noticias MENA.
El ejército egipcio desplegó esta mañana tanques frente al Palacio Presidencial después de una noche de enfrentamientos entre partidarios y adversarios del presidente Morsi, quien dividió el país al otorgarse poderes excepcionales.
Egipto atraviesa una grave crisis política desde el pasado 22 de noviembre, cuando Morsi firmó un decreto en el que amplía sus poderes y los exime de control judicial, una situación que de hecho lo deja con todos los poderes.
La oposición, que denuncia el autoritarismo de Morsi, inició sus protestas por esa decisión, así como contra el proyecto de nueva Constitución que será sometida a referéndum el próximo 15 de diciembre.
La nueva Carta Magna, según la oposición, ofrece pocas garantías a la libertad de expresión y de religión y abre la vía a una aplicación más amplia de la ley islámica.
Morsi, quien argumenta que sus poderes ampliados son “temporales” y que están destinados a acelerar una transición en el país”, no se ha expresado públicamente desde que estalló la violencia, pero tiene previsto dirigirse este jueves a la nación.
Este jueves, el presidente egipcio se reunió con el jefe del Ejército y con los miembros de su gobierno para discutir cómo estabilizar el país después de los enfrentamientos entre sus partidarios y opositores, reportó la Presidencia en un comunicado.
Morsi se ha reunido con el jefe del Ejército y ministro de Defensa, general Abdel Fattah al-Sisi, así como con el primer ministro Hisham Kandil y los ministros de Justicia e Interior, entre otros.
“El objetivo del encuentro es encontrar los medios para hacer frente a la situación en los diferentes niveles político, de seguridad y legales, a fin de estabilizar Egipto y proteger los logros de la revolución”, según el comunicado difundido en la página web de Morsi.
Por su parte, el guía espiritual de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, llamó este jueves a la unidad de todos los egipcios.
“Tenemos que unirnos para construir nuestra nación y hacer que los intereses supremos venzan a los personales para reconstruir lo destruido por los opresores. Nuestras divisiones no sirven más que a los enemigos de la nación islámica”, dijo Badía en su sermón semanal.