Responsabilidad. Jorge Luis Juárez Llanas primero fue socorrista y ahora es comandante de la Cruz Roja, gracias a su sentido humano y la responsabilidad que tiene para realizar su trabajo día a día.
Jorge Luis Juárez Llanas jamás imaginó que la curiosidad por conocer el trabajo de un socorrista, lo llevaría alguna vez a convertirse en comandante de la Cruz Roja de Torreón.
Aún recuerda cuando tenía 16 años y unos socorristas de la Cruz Roja, llegaron a su salón de clases para explicarles a todos los alumnos en qué consistía trabajar como voluntario en la institución a cambio de cumplir con sus horas de servicio social.
"Se equivocaron de salón porque yo apenas estaba en el segundo semestre y los socorristas en realidad iban con los alumnos de cuarto. No se dieron cuenta de su error y comenzaron a contarnos sobre su trabajo".
Jorge Luis reconoce que al principio acudió a Cruz Roja por simple curiosidad sin imaginar que algún día llegaría a convertirse en el comandante de los socorristas. Tiene 32 años y desde los 16 comenzó su trabajo como voluntario en la institución.
De los diez jóvenes de su grupo de clases que acudieron a la Cruz Roja con la intención de cubrir su servicio social, sólo Jorge Luis permanece en este lugar.
"Quería saber qué sentía estar arriba de una ambulancia; sinceramente al principio todo fue curiosidad, pero ahora mi trabajo es todo para mí".
En ese entonces, dice, un joven que hacía su servicio social en la institución sabía lo básico de primeros auxilios y así subía a la ambulancia.
Ahora los jóvenes interesados en realizar su servicio social deben contar con 18 años de edad, y mínimo haber cursado la preparatoria. "Los socorristas deben estar capacitados porque simplemente los accidentes no son los mismos como hace décadas, y hay nuevas enfermedades que antes ni conocíamos".
El comandante asegura que antes pocas personas tenían acceso a automóviles y en consecuencia no había tanta circulación como en la actualidad, así que los choques eran mínimos y las personas resultaban con lesiones leves.
"Ahora en los accidentes vemos a personas con amputaciones o prensadas. Los accidentes cada vez son más fuertes y con consecuencias mortales".
Jorge Luis dice que no hay nada más gratificante para él que ver a salvo a la gente. "En toda mi vida de paramédico sólo una persona ha regresado después de su recuperación a darme las gracias, me acuerdo que me trajo un pastel y fue muy satisfactorio para mí".
Si una persona desea convertirse en socorrista lo primero que debe tener es sentido humano, después una gran fortaleza física y mental.
"Muchos vienen al curso porque en sus empresas o escuelas se los piden, o porque simplemente quiere probar, pero si no son responsables ni disciplinados, y no les gusta ayudar a los demás, no duran nada en la Cruz Roja, y no los corremos eh, solos se van".
Y es que la Cruz Roja de Torreón, los socorristas no ganan ni un peso por su trabajo. Por eso, el comandante considera que los voluntarios acuden a invertir su tiempo en la institución.
"Los socorristas nunca van a recibir un sueldo o un regalo por su trabajo, y no esperamos nada de eso, porque nuestra esencia es dar todo sin recibir nada a cambio. Para nosotros basta escuchar 'gracias' cuando salvamos la vida de una persona".
Algunas personas sí reciben un salario porque a los socorristas voluntarios no se les puede exigir hacer guardias como si fueran trabajadores, y en consecuencia siempre existe el riesgo de que algún día no haya personal para atender emergencias.
"Jamás ha pasado que no haya socorristas de la Cruz Roja, pero del 100 por ciento más del 90 son voluntarios, es decir, no reciben ningún salario".
De los 16 años que Jorge Luis tiene en la Cruz Roja, hace seis comenzó a recibir un salario por su trabajo. "Lo que pasa es que debo realizar trabajo administrativo pero también hago guardias y me dan hasta las dos de la mañana, o venir a la hora que haga falta porque los socorristas debemos olvidarnos de las fiestas, de los amigos, de las vacaciones, de todo, menos de la familia porque sin su respaldo jamás podríamos hacer lo que nos gusta".
Durante años, los padres de Jorge Luis costearon todos sus gastos para que él pudiera estudiar y trabajar como socorrista al mismo tiempo. Se graduó en la Licenciatura en Relaciones Humanas.
"Es importante el apoyo de la familia porque todos los días estamos propensos a sufrir algún accidente, y si hay desastres naturales en ocasiones debemos ausentarnos de nuestras casas uno o dos meses, el tiempo que sea necesario".
Jorge Luis jamás se ha arrepentido de su decisión de dedicarse a trabajar sólo en la Cruz Roja, ni siquiera cuando debe prestar un auxilio en medio de una balacera.
"Tal vez se escuche muy cursi, pero todos los socorristas llevamos en el corazón a la Cruz Roja, y no me imagino trabajando en otro lugar".
Capacitación constante
Algunos detalles sobre Jorge Luis Juárez Llanas:
⇒ A los 16 años ingresó como socorrista de la Cruz Roja de Torreón.
⇒ Estudió la Licenciatura en Relaciones Industriales.
⇒ Ha recibido diversos cursos de capacitación para estar siempre preparado para salvar vidas.
⇒ El 95 por ciento de los socorristas no cobra ningún salario por su trabajo en Cruz Roja.
⇒ De los 16 años que lleva en Cruz Roja, hace seis comenzó a recibir un salario por su trabajo,
pues ahora resuelve cuestiones administrativas.
→ Tiene una hija de ocho años llamada Arely.