Argentina se colocó a la vanguardia en el combate a los femicidios al aprobar una ley que condena a prisión perpetua a las personas que asesinen a mujeres y transexuales.
Argentina se colocó a la vanguardia en el combate a los femicidios al aprobar una ley que condena a prisión perpetua a las personas que asesinen a mujeres y transexuales por su condición de género.
La nueva ley endurece por completo la pena por homicidio simple, que implica de ocho a 25 años de prisión, ya que considera como agravante la relación de pareja que prima en los asesinatos de mujeres.
Este problema social ha crecido de manera sostenida en el país sudamericano, en donde los asesinatos de mujeres en manos de sus parejas o exparejas pasaron de 231 en 2009, a 260 en 2010, pero el año pasado la cifra aumentó hasta 282 y la tendencia no baja.
La situación de emergencia generó tal consenso que la reforma al Código Penal fue aprobada esta semana en la Cámara de Diputados sin debate parlamentario, y con unanimidad de 222 votos.
De esa manera, la nueva ley establece una pena a cadena perpetua “al hombre que matare a una mujer o a una persona que se autoperciba con identidad de género femenino y mediare violencia de género".
También especifica que este castigo se aplicará “al que matare a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia".
La reforma define al femicidio como "un crimen hacia una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género" e incluye como causales "placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual”.
Diversas organizaciones sociales habían exigido al gobierno de la presidenta Cristina Fernández que se declarara una situación de emergencia, ante el creciente número de casos de mujeres que son asesinadas a golpes, quemadas o con armas de fuego.
Tan sólo en octubre pasado, un hombre de 32 años mató a su ex esposa y su nueva pareja, ya que aprovechó que dormían para prender fuego en su vivienda.
Al ser detenido, el acusado confesó que hace casi un año se había separado de su mujer, y pese a sus insistentes peticiones, ella se negó a volver con él e iniciar una nueva relación, por lo que decidió vengarse.
Otro caso que conmocionó a los argentinos fue el de un hombre de 24 años que mató a la madre, la hermana y la hija de su expareja, de 76, 15 y seis años de edad, en forma respectiva, enojado porque la mujer lo había abandonado.
A estas historias se sumó la de Gabriela Córdoba, una joven de 27 años que permaneció secuestrada durante 19 días por un excompañero de la secundaria y que fue encontrada en una alcantarilla.