BARRIGA LLENA, CORAZÓN CONTENTO
La cuestionable actuación del Santos Laguna, flamante campeón vigente del futbol mexicano, al iniciar este Apertura 2012, dejó entrever que la afición lagunera somos particularmente exigentes con nuestro equipo, debido a las medias entradas que en esas primeras semanas se vieron en el estadio; sin embargo, ante la situación de mejora de juego que ha mostrado el equipo en fechas recientes, y ante un mejor espectáculo que brinda el mismo, el estadio empieza a lucir un mayor número de butacas llenas, lo que me llevó a recordar aquél dicho que cita: "Barriga llena corazón contento".
Recuerdo aquellas tardes de verano sumamente cálidas, donde el sol quemante, la entrega y el buen espectáculo del equipo local, así como los más de 45 grados en las gradas de concreto del ya extinto Estadio Corona, no eran impedimento para que cada 15 días, o antes en algunas ocasiones, los más de 18000 aficionados abarrotaran ese recinto para ver al equipo de sus amores.
En una de esas tardes de las que hago alarde, para ser preciso un domingo 25 de noviembre de 2007, me preparaba para salir rumbo al estadio, pero antes de partir de casa, como era mi costumbre, hablaba con mi padre sobre la importancia que inculcaba en mí siempre que íbamos a ver algún partido, al respecto de disfrutar del juego más que apoyar ciega y desenfrenadamente a mi equipo.
Olvidaba decir que aquella tarde, el equipo lagunero enfrentaba al conjunto de Monarcas Morelia por el duelo de vuelta de los cuartos de final del Apertura 2007. Los albiverdes llegaba a este duelo después de un contundente dos por cero a su favor en el partido de ida disputado en el dos veces mundialista estadio Morelos, por lo que las expectativas de su afición para salir victoriosos en la llave eliminatoria eran muy grandes.
Ese partido fue ganado por Santos con un marcador de 3 goles a 2, sin embargo, aquel encuentro fue grande, como grandioso fue el gol anotado por Fernando Arce para el equipo de Morelia, quien sacó un disparo cruzado potente para vencer al gran Oswaldo Sánchez.
Debido a tan buen gol, mis ojos vieron lo que muy pocas veces se habían visto por parte de la afición lagunera y, seguramente, de muchas otras aficiones del país: la ovación de pie por un gran número de seguidores contrarios hacia una anotación del rival.
La ovación brindada por parte de los asistentes a ese partido, ante el excelente espectáculo que acabábamos de presenciar, a los equipos en el terreno de juego, fue pletórica.
Ante los altibajos en el juego del equipo durante las primeras fechas del actual torneo, la afición local debía estar ávida de espectáculos como el de aquella tarde, por lo que al asomar, recientemente, estilos de juego similar al de ese 2007 por parte de los guerreros, la gente regresa en fechas recientes al estadio con el anhelo de poder disfrutar de un espectáculo como aquel.
Aquella tarde, al regresar a casa, mi padre y yo recordábamos eso que él me decía antes de partir rumbo al estadio para aquel partido, y me preguntaba sobre la reacción que tuvo el público ante el gol del tijuanense al ponerse de pie y ovacionarlo, y al finalizar el encuentro, por lo que no tuve más que responderle: ¡Claro que todos en el estadio lo disfrutamos papá!, ¿no ves cómo vengo contento?, y tocándome la panza exclamé: "Barriga llena, corazón contento".
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