Este tema vuelve a la palestra de vez en vez; lleva décadas en el imaginario de muchos laguneros la posibilidad de la creación de un estado que se escinda de Coahuila y Durango para constituirnos como la entidad 32 del país (en México son 31 Estados y un Distrito Federal) Incluso, en el año de 2007, el entonces diputado panista de Torreón, Carlos Bracho, presentó la iniciativa de ley para que se constituyese el nuevo Estado, pero ese esfuerzo quedó sólo en eso, en el olvido.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos contempla en su artículo 73 los requisitos para que se pueda materializar la conformación de un nuevo Estado dentro del territorio nacional, que a la sazón son los siguientes: 1º.- "Para formar nuevos Estados dentro de los límites de los existentes es necesario que la fracción o fracciones que pidan erigirse en Estados, cuenten con una población de ciento veinte mil habitantes, por lo menos.
2º.- Que se compruebe ante el Congreso que tiene los elementos bastantes para proveer a su existencia política.
3º.- Que sean oídas las Legislaturas de los Estados de cuyo territorio se trate, sobre la conveniencia o inconveniencia de la erección del nuevo Estado, quedando obligadas a dar su informe dentro de seis meses, contados desde el día en que se les remita la comunicación respectiva.
4o. Que igualmente se oiga al Ejecutivo de la Federación, el cual enviará su informe dentro de siete días contados desde la fecha en que le sea pedido.
5o. Que sea votada la erección del nuevo Estado por dos terceras partes de los diputados y senadores presentes en sus respectivas Cámaras.
6o. Que la resolución del Congreso sea ratificada por la mayoría de las Legislaturas de los Estados, previo examen de la copia del expediente, siempre que hayan dado su consentimiento las Legislaturas de los Estados de cuyo territorio se trate.
7o. Si las Legislaturas de los Estados de cuyo territorio se trate, no hubieren dado su consentimiento, la ratificación de que habla la fracción anterior, deberá ser hecha por las dos terceras partes del total de Legislaturas de los demás Estados.
Gerardo Ceniceros, coordinador de la Liga Mexicana de la Defensa de los Derechos Humanos y miembro del propio movimiento de independencia, informó que cuentan con encuestas en las que un 55% de la población está de acuerdo con que se cree el nuevo estado, que estaría conformado por los municipios por parte de Durango de Gómez Palacio, Lerdo, Tlahualilo, Nazas y Mapimí, en tanto los que están es Coahuila serían Torreón, Matamoros, Francisco I. Madero, Viesca y San Pedro.
Vale hacer mención que en la iniciativa de ley presentada por el entonces diputado Bracho, se contemplaba más municipios que ahora ya no aparecen, como San Pedro del Gallo, San Luis del Cordero, Indé, Villa Hidalgo y Cuencamé por Durango, y Parras de la Fuente, por Coahuila.
Soñar no cuesta, pero es urgente al menos mantener la esperanza. Quizá por el lado de Durango exista un cierto conformismo de cómo son las cosas, pero por el lado de La Laguna de Coahuila la cosa no puede estar peor: inseguridad; pésimos servicios públicos básicos como lo es agua potable, alumbrado y obra pública en general; pérdida de competitividad para atraer inversiones; discriminación en la atracción de empresas; y sobre todo: un endeudamiento inmoral en el que se encuentra la tesorería de Coahuila.
Estoy seguro que 120 mil firmas se consiguen rápidamente, y que más del 55% de las personas de estos municipios estaría de acuerdo en la creación. Pero el camino es casi menos que imposible, ojalá surgieran líderes que pudieran aterrizar esta inquietud. Pasaríamos de una vez de ser los paisanos incómodos, a ser unos estupendos vecinos.