Mañana.
Y pasado.
Y todos los días debemos festejar a los niños.
Por que ellos merecen que día con día, no sólo los festejemos sino que también los ayudemos, cuidemos y queramos.
Sobre todo a los que tenemos cerca de nuestro corazón y a los de casa.
Para formarlos de la mejor manera, y les ayudemos a tener un mundo mejor dadas las circunstancias que hoy se viven.
Qué hermoso es ver crecer a los niños ya como padres y ya como abuelos.
Y pensar que muchos de nuestros pequeños no tienen cerca quien los cuide, ayude, alimente o quien los eduque.
Por ello, usted que tiene la fortuna de estar cerca, dese un tiempo para quererlos y educarlos.
Esto lo de la educación es fundamental.
Para que el árbol nunca crezca torcido.
El niño desde pequeño va sintiendo el respaldo de sus padres y de sus abuelos, a ellos recurre en busca de protección para espantar a sus miedos y sus temores.
Y son los adultos mayores, los que deben ser cuidadosos en lo que enseñan a los menores que como esponjas todo captan, todo sienten y todo perciben de un mundo que puede ser agradable u hostil.
El pequeño cuando ve amor cariño, amor y buen trato en el hogar crecerá rodeado de más confianza.
En cambio, en lugares donde abundan los malos tratos como las malas palabras, su ambiente será difícil para el pequeño.
Es por ello, que mañana y pasado y todos los días del año festejemos con buenos tratos a los pequeños de nuestra casa sabiendo, que estamos construyendo un mundo mejor.
