La vocación.
Esa aptitud natural que muchos tienen para realizar tareas no aptas para otros.
Las inclinaciones naturales vienen por sí solas. No son cuestión de la herencia sino que acompañan a cada quien conforme a su personalidad.
El tema nos viene a la mente ahora que está por concluir un ciclo escolar y muchos jóvenes que están terminando su preparatoria piensan qué carrera estudiar.
Los programas educativos a nivel mundial contemplan en los estudios de bachillerato un espacio que se llama orientación vocacional, que sirve para reafirmar las inclinaciones de los jóvenes, para llevarlos con mayor seguridad a campos propios, donde puedan prepararse con mayor facilidad, tomando en cuenta la vocación de cada quien.
Las vocaciones no son cuestiones de la herencia. Un médico no pude obligar a que sus hijos sean también médicos, aunque hay casos en que los descendientes siguen los pasos de sus progenitores y en forma brillante.
A un estudiante no hay que hacerlo perder el tiempo llevándolo por caminos equivocados, él malgasta su tiempo y el plantel educativo también.
Al terminar un ciclo escolar, las puertas de enseñanza superior se abrirán para muchos jóvenes que deben ser preparados en los campos más propicios para las diferentes vocaciones, pues una mala elección traerá más tarde como consecuencia fracasos completos en un mundo cada vez más competido.
Ésta, es una etapa muy importante en la vida de muchas familias, es el tiempo de la elección apropiada para que mañana tengamos mejores médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, no profesionistas chambones.
Felicidades pues para quienes terminan su preparatoria y que tengan éxito continuando su preparación en sus respectivos campos, los de su vocación.
