"Esta noche quiero que lo hagamos como los perritos". Así le dijo el recién casado a su linda -aunque poco avispada- mujercita. "Muy bien -accedió ella-. Lo haremos como los perritos. Pero no en nuestra propia calle"... Un señor entró en su casa. Al mismo tiempo vio que una sombra furtiva salía por la ventana. Era Pata de Lana. Así llaman los sonorenses al ubicuo individuo que en otras partes se conoce como el sancho, vale decir aquel que ocupa el sitio del marido en sus ausencias. La señora de la casa, apurada, le rogó a la criadita: "Menegilda: dile a mi esposo que el hombre que salió estaba contigo. De otra manera se pondrá celoso conmigo". "¡Uy, no, señito! -se asusta la criadita-. ¡Si le digo eso, conmigo se pondrá más celoso aún!"... El director de la escuela secundaria le informó al comité de padres que al plantel le hacía falta un automóvil de asientos amplios. Inquirió el tesorero: "¿Es para la clase de manejo?". "No -replicó el director-. Es para la clase de educación sexual"... El marido le preguntó a su esposa: "Ahora que hemos cumplido cinco años de casados dime, Nalgarina: ¿cuántos hombres ha habido en tu vida? No me importan los nombres. Me importa sólo el número". Ella receló: "Si te lo digo te vas a enojar". Prometió él: "Te juro que no me enojaré". "Muy bien -cedió la señora-. Entonces déjame contarlos, por orden. Vamos a ver: uno, dos, tres, tú, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez..."... La tardía inauguración de la Estela de Luz obliga a hacer una comparación del régimen calderonista, que tuvo a su cargo la celebración del bicentenario de la lucha iniciada por Hidalgo, con el porfiriato, en cuyo ocaso se cumplió el centenario de esa gesta. Ya se sabe que todas las comparaciones son odiosas. Cuando a dos se les compara, uno de los dos repara. No cabe duda, sin embargo, de que las obras que don Porfirio inauguró en esa ocasión fueron muchas y de gran utilidad, en tanto que las pocas que ha puesto en servicio Calderón relacionadas con ese fasto no han hecho mucha impresión en la conciencia popular. Me atrevo a proponer una explicación: en tiempos de don Porfirio había poca política y mucha administración; en cambio ahora los mexicanos sufrimos un exceso de política y padecemos los efectos de una falta de buena administración. Eso provoca muchos males al país. Sugiero entonces que nuestros políticos sean enviados a poblar Groenlandia. Quizá esa remota y gélida isla, la más grande del mundo, sea insuficiente para recibir a aquellos 10 millones de nuevos habitantes, pero si los cambiamos por 10 buenos administradores -10 nada más- nuestro país saldrá del atraso en que ahora vive, y en él se instaurará una nueva era de progreso y bienestar. Hago esa sugerencia pensando en el bien de la nación, sin que me mueva ningún otro interés. La República tiene la palabra. (Si es que se la dejan los políticos)... Aquel individuo llamado Pad Rotte era gigoló. Cobraba buenos dineros por satisfacer los requerimientos sexuales de sus clientas, mujeres de edad madura, y ricas. Desgraciadamente con la edad se le vino abajo el negocio... El señor le dijo al mecánico: "Mi coche se calienta de inmediato, y luego no arranca". La esposa del señor, que iba con él, escuchó aquello y comentó: "Ay, Languidio: ya le pasaste tus mañas al coche"... De regreso en el Polo Norte, Rodolfo, el Reno de la Nariz Roja, le preguntó a Santa Claus: "¿Por qué tardaste tanto en regresar cuando llegamos a aquella casa a dejarle los regalos a la linda chica que vive ahí?". Explica Santa Claus, algo apenado: "No tuve problema para bajar por la chimenea, pero la muchacha me recibió cubierta sólo por un vaporoso negligé, y tuve que esperar un buen tiempo antes de calmarme y poder volver a subir". (No le entendí)... ¿Por qué los pastores escoceses usan falda? Porque las ovejas pueden oír un zipper a una milla de distancia. (Tampoco le entendí)... FIN.
