Esta es la breve historia de "El Ladrón de Viagra". Un delincuente forzó en horas de la madrugada la puerta de una farmacia y se robó todas las existencias de Viagra que había en mostradores y almacén. Ahora la policía busca a un criminal endurecido... El marido le pregunta a su mujer: "¿Tendrías inconveniente en ver una película doblada?". "Ninguno" -respondió ella. El hombre enciende el televisor y luego le dice a su consorte: "Muy bien; ahora dóblate"... Babalucas fue a vacacionar en una cabaña a la orilla de un lago donde abundaban los patos. Vio en el camino un letrero que decía: "Se alquila perro de caza", y lo llevó con él. Al día siguiente el dueño del animal le preguntó: "¿Cazó usted ayer algunos patos?". "Ninguno -responde Babalucas-. Pasaban volando muy alto, y por más que aventaba al perro con todas mis fuerzas no los alcanzaba"... Si el hombre lo hace es travesura. Si lo hace la mujer es adulterio. En trance adulterino se hallaba doña Facilisa, esposa de don Astasio, tenedor de libros. Llegó éste a su casa después de haber lidiado todo el día con el debe y el haber, y halló a su cónyuge triscando en el colchón con un mancebo en quien reconoció al repartidor de pizzas. Acostumbrado ya a esos aconteceres don Astasio colgó en la percha su saco, su bufanda y su sombrero, y fue luego al chifonier donde guardaba una libreta en la cual apuntaba insultos para fazferir a su mujer en tales ocasiones. Regresó al pie del lecho y le espetó a doña Facilisa el último dicterio que había registrado: "¡Quillotra!". Ese vocablo es abreviación de "aquella otra", y se aplica a la amante de un casado. "Perdona, Astasio -dijo doña Facilisa-. Este joven me trajo una pizza de salami y peperoni. No encontré moneda fraccionaria para darle su propina. Y algo le tenía que dar ¿no?"... Andrés Manuel López Obrador dejó buena impresión en la reunión que tuvo en mi ciudad, Saltillo, con empresarios de la localidad. Ciertamente no estuvieron ahí las más vivas de las fuerzas vivas -las muertas ya pa' qué-, pero tanto entre los asistentes al encuentro como entre los medios de comunicación el mensaje de AMLO fue bien recibido. Sigue avanzando el tabasqueño en su campaña que no es campaña, y abriendo puertas que antes tenía cerradas. Mal harían sus principales adversarios, los priistas, en fiarse demasiado de los tempranos números que favorecen a Enrique Peña Nieto. Por cierto, en el curso de ese acto el empresario Santana Armando Guadiana Tijerina dio a conocer su renuncia al PRI. Si por causa de esa decisión es objeto de alguna represalia, ya sea en su actividad empresarial, ya como promotor taurino, quienes la lleven a cabo le darán la razón al renunciante... Uglilia acudió a la consulta de un psiquiatra. "Doctor -le dijo con gemebundo acento-, me considero muy fea, y eso ha hecho que mi autoestima caiga hasta los suelos. Pienso que no soy nada atractiva; que los hombres me rechazan por causa de mi fealdad. ¿Puede usted hacer algo para que no me sienta así? ¿Puede ayudarme a sentir confianza en mí misma?". "Desde luego que sí -respondió el analista-. Acuéstese en el diván, por favor. Con la cara volteada a la pared, si es tan amable"... Don Gerontino, señor de 90 años que estaba en una casa de retiro, fue a pasar un fin de semana en su pueblo de origen. En el bar de la localidad conoció a una atractiva dama de 70 abriles. Fueron al departamento de ella, y ahí hubo acción -digamos- amorosa. Una semana después, ya de vuelta en la casa de retiro, don Gerontino sintió una rara sensación en su atributo varonil. Fue con el médico del establecimiento, y éste lo examinó cumplidamente. Le preguntó al maduro caballero: "¿Ha tenido usted actividad sexual últimamente?". "Sí -contesta don Gerontino, admirado por sapiencia clínica del facultativo-. Hace una semana". Inquiere el galeno: "¿Recuerda a la mujer con quien tuvo contacto, y puede localizar su domicilio?". "Sí, doctor -responde don Gerontino, ahora con inquietud-. ¿Por qué?". Le dice el médico: "Búsquela inmediatamente. Creo que ya va usted a terminar"... FIN.
