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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

"¿Cuánto cobras?". Así le preguntó, con expeditiva concisión, cierto señor de edad madura a una musa de la noche. Igualmente lacónica respondió ella: "Cinco mil pesos". "¡Estás loca!" -profirió el sujeto-. "¡Eso me costó mi boda, y todavía tengo a la vieja!".. (Nota: Si tal fue el costo del desposorio, el señor debe haberse casado antes de 1944. Y seguramente en el ágape nupcial dio a cada invitado un sándwich de mortadela y guarnición de puré de papas aderezado con cuadritos de zanahoria y chícharos, en plato de cartón. Para el postre, galletas marías o de animalitos, y, de tomar, una soda colorada. Eso es lo que alcanzaba con 5 mil pesos). En casos como el del señor, lo que se puede hacer es buscar una daifa comprensiva, como aquella que a la misma pregunta: "Cuánto cobras?" respondió igual: "Cinco mil pesos". También el cliente declaró lo mismo: "¡Estás loca!" (parece ser una respuesta estándar). Y añadió, despreciativo: "A lo mucho te daré 200". "Está bien -accedió la maturranga-. No vamos a pelear por peso más, peso menos"... Ley mal hecha, ley deshecha. Ese aforismo jurídico se me acaba de ocurrir ahora mismo. Sin interés alguno lo ofrezco para que sea añadido a las sentencias de Ulpiano, Justiniano, Prudencio, Pomponio, Papiniano, Modesto, Gayo y otros jurisperitos cuyos sabios apotegmas dieron forma al derecho de Roma. La actual legislación electoral ha terminado por ser objeto de irrisión para los partidos, y aun para los mismos ciudadanos. Yo, por ejemplo, cuando voy en mi automóvil por las calles de Monterrey casi en cada esquina me tapo los ojos. Sucede que en la capital nuevoleonesa hay numerosos anuncios espectaculares, puestos ahí por el Partido (es un decir) del Trabajo (es otro decir), anuncios en los cuales se hace abierta propaganda en favor de Andrés Manuel López Obrador, a quien se presenta como próximo Presidente de México. Cada espectacular incluye una advertencia legal escrita en letras chicas: "Dirigido a los organismos nacionales, militantes y simpatizantes del PT". Yo no soy simpatizante, militante, ni menos aún organismo nacional de ese llamado partido, que en Monterrey debe tener unos cuantos miles de adeptos. Se supone, entonces, que el resto de los millones de habitantes de la ciudad y zona conurbada no deben ver el tal anuncio, en los términos de la legislación electoral. Nada más los petistas lo pueden contemplar, aunque los anuncios estén en todas partes y midan 15 metros de largo por 10 de alto. En lo que a mí hace, para cumplir la ley me tapo los ojos al pasar frente a esos anuncios, con inminente riesgo para los demás automovilistas, peatones, perros, gatos y público en general. ¿Habrá algo más absurdo y aberrante? Llegaremos a la elección de julio con ese conjunto de normas estrambóticas, objeto de general risión, que se prestan a toda suerte de interpretaciones y que seguramente serán causa de incontables impugnaciones y conflictos; normas que además deberán ser aplicadas por un organismo que ya no cuenta con el respeto de los partidos ni con la confianza de los ciudadanos. A ver cómo nos va... Don Chinguetas asistió a los ejercicios espirituales para señores, piadoso sermonario que en vísperas de la cuaresma predicó el Padre Fenelonio, eminentísimo orador sagrado. Al regresar a su casa don Chinguetas hizo algo que dejó pasmada a su esposa, doña Macalota. A pesar de la robustez de la señora la cargó en sus brazos, y subió con ella la escalera como hizo Rhett Butler con Scarlett O'Hara en "Lo que el viento se llevó". (1939; con Clark Gable, Vivian Leigh, Leslie Howard, Olivia de Havilland, Hattie Mc Daniel y Thomas Mitchell; dirección de Victor Fleming, Sam Wood y George Cukor). Sorprendida y encantada, doña Macalota vio cómo su esposo no sólo la cargaba, sino además sonreía feliz al llevarla así, en los brazos. Le preguntó, melosa: "¿Por qué me cargas en esta forma, esposo mío? ¿Acaso el sacerdote dijo en los ejercicios que así deben tratar a sus mujeres los maridos?". "No -replica don Chinguetas-. Lo que nos dijo es que debemos cargar nuestra cruz con alegría"... FIN

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