Un tipo encontró en la playa una lámpara de forma extraña. La frotó, y apareció un genio que le dijo que podía cumplirle tres deseos. "Quiero un millón de dólares" -pidió el sujeto. ¡Puf!, apareció a su lado una maleta llena de billetes verdes. "Quiero tener un palacete a la orilla de la playa". "¡Puf!, surgió ante sus asombrados ojos una mansión espléndida. "Quiero que me hagas irresistible para las mujeres". ¡Puf!, el desdichado se encontró convertido en un par de zapatos con bolsa que hacía juego... La suegra de Capronio, individuo sin educación, le preguntó: "¿Qué te parece, yerno, mi nuevo color de lápiz labial?". Contesta el majadero: "Levántese un poco el bigote, suegrita, para poder vérselo bien"... Avaricio Cenaoscuras, hombre cutre, cicatero y ruin, no le daba a su esposa lo necesario para pagar una ayuda doméstica. La pobre mujer, por tanto, debía afanarse todo el día con la escoba y el recogedor, con el plumero y el sacudidor. En cierta ocasión el miserable manicorto la vio fregando el piso de rodillas, y le dijo muy mortificado: "Suplicia: no puedo verte trabajando así. Voy a cerrar los ojos"... Las encuestas, igual que los pronósticos del tiempo, son indicadores más o menos útiles, pero que no ofrecen una absoluta precisión. Si las encuestas son tendenciosas o amañadas, entonces pierden toda validez, y se convierten en instrumento de mentira. Sus números son como los de aquel doloso comerciante que al pagar 20 pesos a un indito por su mercancía contaba los billetes de este modo: "Dice uno; dice dos; dice tres; dice cuatro; dice cinco; dice seis; dicesiete, dieciocho, diecinueve y veinte". Los encuestadores enfrentan un problema: generalmente la verdadera opinión pública sólo se manifiesta en privado. Por una razón u otra la gente no da a veces a conocer su pensamiento; lo oculta o lo disfraza. De ahí los sorprendentes resultados que en ocasiones se presentan, y que más que a nadie sorprenden a aquellos que anunciaron resultados diferentes. Por estos días se discute mucho acerca del valor de las encuestas sobre los tres candidatos a la Presidencia (el cuarto es tan artificial que es natural no mencionarlo). Independientemente de los resultados -tan disímiles- de las encuestas hasta ahora conocidas, lo cierto es que aparece clara una tendencia: Peña Nieto baja; Josefina sube, y López Obrador ni baja ni sube. ¿Por qué está bajando Peña Nieto? Por sus dislates, y porque muchos electores no quieren que regrese el PRI. ¿Por qué sube Josefina? Porque a las nuevas generaciones les atrae un cambio de género en la Presidencia, y porque a su imagen de esposa y madre ha añadido la de ser una mujer política talentosa, honesta y decidida, vale decir entrona: tuvo mucho éxito su observación acerca de los mil 500 años de edad que suma el gabinete propuesto por López Obrador, y los mil 500 años de prisión que sumarían algunos de los políticos cercanos al candidato priista. Andémonos con tiento, sin embargo. Si algo han tenido muchas encuestas, sobre todo las del inicio de la contienda por la Presidencia, es que a final de cuentas la realidad las desmintió. Y desmentir a la realidad es muy difícil. Únicamente los políticos y los historiadores lo pueden hacer... ¡Mañana! Sí, mañana aparecerá aquí "El Chiste más Breve y más Pelado de Todos los que no he Entendido". En nueve palabras solamente se dice un despropósito tan grande que otro mayor será difícil encontrar. ¡No se lo pierdan mis cuatro lectores, sobre todo aquellos que gustan de los despropósitos!... "¿Qué son esas bolitas?". Así le preguntó el niñito a su papá cuando lo vio en la ducha. "Son las manzanas de la vida" -respondió con orgullo el genitor. El pequeño le contó a su mami lo que su padre le había dicho de las manzanas de la vida. "¿Y no te dijo nada -inquirió la señora- acerca de la rama muerta de la que cuelgan?"... FIN.
