El joven recién casado estaba disfrutando los inefables deliquios de la primera intimidad amorosa con su flamante mujercita. Arrebatado por la emoción urente exclamó lleno de felicidad: "¡En este momento, amor mío, no me cambiaría ni por Leonardo di Caprio!". Le dijo ella con mucho sentimiento: "¡Ay, Lupercio, qué malo eres!"...
Susiflor le preguntó a su novio:"¿Es cierto, Fecundino, que al hombre se le conquista por el estómago?". "Creo que sí -respondió él-. Al menos siempre se ha dicho eso". "Muy bien -le dice la muchacha-. Entonces date por conquistado. Mi estómago está creciendo"...
Babalucas visitaba la cárcel. "Ese hombre -le dijo el alcaide señalando a un reo de siniestro aspecto- está condenado a prisión perpetua". "¿Por qué?" -preguntó Babalucas. Le informa el director: "Es parricida". "¡Uta! -comentó el tonto roque-. ¡Qué tal si hubiera matado a alguien!"...
Dulcilí, muchacha ingenua y candorosa, ponía objeciones a las eróticas demandas de Afrodisio, galán concupiscente. Decía él: "¿Por qué no me regalas tu más oculta flor?". Respondía ella: "Porque le tengo miedo al fruto". "Está bien -concedió al fin el lujurioso tipo-. Dejémoslo a la suerte. Tiremos una moneda al aire: si cae águila haremos lo que yo quiero; si cae sello haremos lo que tú no quieres"...
Difícil situación enfrenta Josefina Vázquez Mota, pues el PAN está ahora no solamente dividido, sino también desprestigiado. Algunos de sus más destacados militantes abandonaron el partido por causa de los desaciertos de Gustavo Madero, especialmente el relacionado con el regiomontano Fernando Larrazábal, quien fue admitido como candidato por encima de todas la imputaciones que pesan sobre él. Eso ha traído consigo un gran descrédito al partido blanquiazul, del cual tendrá que deslindarse la candidata panista si no quiere verse afectada por el desprestigio de la organización que la postula. Recuerdo que en casos semejantes los priistas ocultaban lo más posible su pertenencia al PRI, y en sus anuncios espectaculares el logotipo del partido de la Revolución aparecía del tamaño de una moneda. Del tamaño de un confeti, o aún más pequeño, deberá aparecer ahora el emblema del PAN en la propaganda de Josefina, pues el partido que fundó Gómez Morín ha adelantado en corruptelas y manipuleos tanto al PRI como al PRD, y se ha vuelto una edición corregida y aumentada de los vicios que otrora con tanta energía denunciaron los panistas. En esas condiciones, e iguales todos los partidos en sus vicios, lo mejor que podremos hacer los ciudadanos será no votar por siglas ni colores, sino por personas. De otra manera tendríamos que abstenernos de votar, y eso no ayuda en nada a la Nación...
Llegó don Cornulio a su casa y sorprendió a su esposa en situación comprometida con un desconocido. "¿Qué haces, inverecunda mesalina? -le gritó hecho una furia-. ¿Desvistiéndote en presencia de este hombre?". "Te equivocas por completo -se defendió la pecatriz-. Me estoy vistiendo"...
Un cubano logró escapar de la Isla. Llegó a Miami después de cruzar el mar. Lo asombroso del caso es que lo hizo remando en una lata de atún. Los periodistas lo entrevistaron, y una reportera le dijo entusiasmada y llena de admiración: "¡Qué hazaña prodigiosa consumó usted! ¡Apenas se puede creer que haya atravesado el proceloso mar remando en una lata de atún! ¡Cuántos obstáculos debió vencer y superar! ¡La policía de Castro; las tormentas marinas; la amenaza de los tiburones...!". "Todo eso fue muy duro, chica -respondió el cubanito-. Pero lo más difícil fue conseguir la lata de atún"...
Solicia Sinpitier, madura señorita soltera, acudió a la consulta del joven y apuesto psiquiatra. Le dijo: "Doctor, sufro un estado continuo de inquietud, angustia, estrés, tensión, surmenage y depresión. Siempre estoy nerviosa; no puedo dormir bien, me irrito fácilmente". Le indicó el guapo facultativo: "Puedo darle el tratamiento adecuado para quitarle todos esos síntomas. Pero debo advertirle que mis honorarios son de 2 mil pesos la hora". Pregunta ansiosa la señorita Sinpitier: "¿Y cuánto por toda la noche?"...
El padre Arsilio puso un aviso en la puerta de su iglesia: "Los feligreses que traen niños a bautizar, entren por la puerta delantera. Quienes los traen a confirmar, favor de entrar por la puerta de atrás. Los novios que se van a casar están autorizados desde ahora a entrar por los dos lados"... FIN.