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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Al empezar la noche de bodas el novio le preguntó con tono de solemnidad a su flamante desposada: "Dime la verdad, Clorilia: ¿soy yo el primer hombre con quien duermes?". Respondió ella sin vacilar: "Si te quedas dormido, sí"... Babalucas le dijo a su mujer: "Operaron a la abuela, y fui al hospital a visitarla". Inquiere la señora: "¿Cómo la encontraste?". "Preguntando" -contestó el badulaque... Un señor que visitaba el cementerio se conmovió al ver a un hombre que gemía con sollozos desgarrados abrazado a una tumba. "¿Por qué te fuiste, Leovigildo? -clamaba en su desesperación-. Dime, di: ¿por qué te fuiste?". Se acercó el señor al doliente, y le dijo con emoción: "Perdone mi pregunta, caballero: ¿Leovigildo era su mejor amigo, y así lo llora con dolor tan grande?". "No -responde el otro entre sus lágrimas-. Ni siquiera lo conocí. Pero me casé con su viuda"... Un militar retirado le pidió a su antiguo asistente, retirado también, que fuera a servir como mayordomo en su casa. Le dijo: "Harás lo mismo que hacías cuando estábamos en servicio en el extranjero". En su primer día de trabajo el hombre entró a las 6 de la mañana en la recámara del militar; abrió las cortinas y despertó a su jefe. Luego le dio unas nalgaditas en el trasero a la esposa de su patrón y le dijo: "Es hora de que regreses al pueblo, linda"... Si yo fuera priista estaría muy preocupado. Las manifestaciones juveniles en contra de Enrique Peña Nieto son expresiones auténticas y espontáneas que nada tienen que ver con los partidos, y que muestran un abierto rechazo de la juventud a todo lo que se relaciona con el PRI y sus habituales prácticas. Hasta donde recuerdo, desde el 68 los jóvenes no se habían manifestado como lo hicieron el pasado sábado en el Distrito Federal y en diversas ciudades del país. Sólo que en este caso no había líderes: las marchas, especialmente la realizada en la Ciudad de México, fueron la declaración de principios de una juventud que no quiere que se repitan los vicios del pasado priista, ni de esta docena de años del panismo. Nadie, sin embargo, podrá culpar a López Obrador ni a sus seguidores de estar orquestando en su favor este movimiento que puede tener efectos de consideración en el proceso electoral. Los jóvenes vuelven la vista a una opción diferente, y en ella ponen sus expectativas. Resulta paradójico que siendo Peña Nieto un hombre joven no suscite la simpatía de los jóvenes, y que éstos se inclinen por un hombre cuya juventud pasó hace tiempo, y lo aplaudan y le demuestren simpatía, como ocurrió en el Tecnológico de Monterrey. Los jóvenes, cada joven, pueden equivocarse muchas veces en lo individual -tal es uno de los lujos que con frecuencia la juventud se da-, pero como grupo son dueños de una intuición fincada en su idealismo, su rebeldía y su generosidad. En el actual caso de México su irritación no sólo es de ellos: la comparten vastos sectores de la sociedad, aún los que podrían considerarse opuestos por naturaleza a AMLO. Muchos mexicanos quieren que el País cobre un rumbo nuevo y diferente. Nadie suponga, entonces, que las cosas están ya decididas. Los jóvenes son muchos, y tienen la palabra. También tienen el voto. Ni Enrique Peña Nieto ni Josefina Vázquez Mota han sido capaces de atraer a los muchachos, que buscan ahora algo distinto a lo que el PRI y el PAN han sido. Quizá en las próximas semanas los jóvenes harán otras manifestaciones. Pero su manifestación principal será el primer día de julio... Pirulina, joven mujer con mucha ciencia de la vida, se sorprendió bastante cuando Simpliciano, muchacho candoroso, la invitó a ir con él a su departamento. Su asombro fue mayor al llegar ahí, pues él le pidió que fueran a la recámara. Atónita se quedó cuando Simpliciano le propuso que se metieran en la cama. Ya que estuvieron en ella el cándido joven se cubrió y cubrió a Pirulina con la sábana y la colcha. Luego le mostró su nuevo reloj, y le dijo con orgullo: "¡Mira! ¡Las manecillas brillan en la oscuridad!"... Don Poseidón llevó a Bucolio, joven campesino, con un médico de la ciudad. "Le disparé las dos cargas de mi escopeta en el trasero -le dijo al facultativo-. Cúremelo bien, porque es mi yerno". Preguntó el cirujano: "Si es su yerno ¿por qué le disparó las dos cargas de su escopeta en el trasero?". Masculla don Poseidón: "Cuando le disparé no era mi yerno"... FIN.

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