Una mujer de nombre Facilda Lasestas conoció en cierto bar a un sujeto que usaba zapatos verdaderamente grandes. Le invitó una copa y luego lo llevó con ella a su departamento. Empezaron las acciones. El individuo se quitó la ropa. Facilda lo vio así, al natural, y sin más ni más le dijo con enojo: "¡Mentiroso!". (No le entendí). Eglogio, labriego fortachón, le mostró su granja a Bucolina, linda zagala en flor de edad. Al pasar por el corral vio Eglogio que el gallo se le subía a una gallina. Con insinuante voz le dijo a la muchacha: "Me gustaría hacer lo que está haciendo el gallo". "Pues adelante -lo incitó ella-. La gallina es tuya". A medias de la noche Libidiano llamó por teléfono a su médico. "Doctor -le dijo peocupado-, mi hijo de 5 años se tomó todo el frasco de píldoras anticonceptivas de mi esposa". "Voy allá inmediatamente" -ofreció el facultativo con alarma. Poco después volvió a sonar el teléfono del médico. "Ya no venga, doctor -le dijo Libidiano-. Hallé un preservativo". Enrique Peña Nieto fue el personaje central en el primer debate de los candidatos a la Presidencia, porque muchos esperaban verlo caer. Se equivocaron. Andrés Manuel López Obrador será el principal protagonista del debate de mañana, porque muchos esperan verlo subir. Es muy probable que se equivoquen también. El desempeño de AMLO en el programa "Tercer grado" fue bastante pobre, por no decir pobrísimo, paupérrimo. El tabasqueño se vio plano, cansino, enteramente falto de carisma, sin más discurso que el mismo que ha repetido hasta la saciedad, aquel en que proclama una y otra vez su honestidad. ("Es tan honrado -dijo un orador de pueblo hablando de un candidato a alcalde- que muy pocas veces ha sido acusado de robar"). Groucho Marx solía decir que cuando escuchaba a alguien afirmar que era muy honesto lo primero que hacía era contar los cubiertos de la mesa. De nueva cuenta se mostró AMLO amenazante, descalificador de las instituciones, dueño único de la verdad, y otra vez denunció -ahora con bastante anticipación- el fraude de que lo hará victima el compló en su contra. Estuvo belicoso y agresivo. Aquel súbito y efímero discurso de la República Amorosa quedó ya relegado al cuarto de los trebejos inservibles. Hace unos días me preguntaba yo cuál es el verdadero López Obrador: el de antier, el de ayer o el de hoy. Después de ver aquel programa he concluido que el verdadero López Obrador es el de siempre: el que atacaba pozos petroleros; el que cerró Reforma; el que dice que por encima de las instituciones está la voluntad del pueblo (si a él lo favorece, claro); el que afirma que si pierde la elección eso será resultado de un acto de masoquismo por parte del pueblo mexicano. Es cierto: la gente quiere un cambio. Pero muchos acotan que habrían preferido que ese cambio lo encabezara Ebrard, y no este clavo ardiendo. Veamos el debate de mañana. Seguramente nos ayudará a definir el futuro de México. El coach del equipo femenino de atletismo de cierta universidad americana les daba a sus muchachas hormonas masculinas para mejorar su desempeño en la pista. Cierto día Gwendolina, joven atleta de 20 años, se presentó ante él y le dijo con inquietud: "Coach: me está saliendo vello. Creo que las hormonas que usted nos da son causa de eso". Replica el entrenador: "No es posible que esas hormonas produzcan un efecto tan marcado. Dime, Gwendolina: ¿dónde te está saliendo ese vello?". Contesta la muchacha: "Desde la manzana de Adán hasta los testículos". La mujer de Capronio se miró en el espejo y le pidió a su esposo: "Me veo gorda y fea. Dime un piropo que me levante el ánimo". Responde el majadero: "Tienes excelente vista". Don Valetu di Nario, señor ya muy añoso, le contó a su médico de cabecera: "Me tiembla mucho la mano derecha, doctor. Cuando estoy en un restorán y voy al pipisrúm, los que están ahí piensan que estoy haciendo cosas impropias de mi edad". Pepito estaba en la azotea de su casa, su escondite usual. Bebía un jugo de uva y hojeaba las páginas de un Playboy. Abajo su papá se afanaba en su taller y su mamá hacía el aseo del patio. "Caramba -dice Pepito para sí lleno de remordimiento-. Mis padres partiéndose los lomos, y yo aquí, emborrachándome y con viejas". FIN.