“Aviso importante de cambio de horario: el primero de diciembre no olvide atrasar su reloj 70 años”. Eso dice un ingenioso mensaje que está circulando por la red. En él se da a entender que el regreso del PRI al poder significa una vuelta al pasado, a aquel tiempo de dominación absolutista por un partido cuya eficiencia sólo era igualada por su corrupción. Celebro gustosamente aquella gracejada, perono comparto la idea que de ella se deriva. Decir que nuestros tiempos no son como aquellos tiempos es obviedad, perogrullada. El PRI no puede ser ahora como era antes, ni un Presidente de estos días puede ser como los de aquella época. Hay ahora una oposición fuerte; existen instituciones de control y vigilancia que no existían antes; las Cámaras ya no son sumisas a la voluntad presidencial, y -sobre todo- los ciudadanos no permitirían hoy cosas que antes se toleraban con tal de vivir en el orden, la paz y la tranquilidad. Pienso, por otro lado, que el PRI ha aprendido su lección, y aunque se han visto en él ejemplos recientes que hacen temer su regreso, lo cierto es que el partido tricolor no puede arriesgarse a echar por la borda esta segunda oportunidad que le dio la mayoría de los mexicanos que ejercieron su derecho de votar. Peña Nieto se cuidarámuybien de incurrir en excesos. Sabe bien que es objeto de vigilancia por parte de la ciudadanía, y no dilapidará su capital político igual que hicieron sus dos antecesores. Noextendamos cheques en blanco, por prudencia, pero tampoco incurramos en permanente desconfianza. Eso no es bueno para México. Y tampoco es bueno para nuestro sistema digestivo. “¿Eres de costumbres liberales, Rosibel?” -le preguntó el concupiscente sujeto a la muchacha. Respondió ella: “Hasta cierto punto”. “¿Hasta qué punto?” -volvió a preguntar el salaz tipo, que había puesto su mano en la rodilla de Rosibel. Contestó la chica: “Hasta el punto en que tienes puesta la mano”... Comentaba una maestra: “Imparto lamateria de Educación Sexual a un grupo de muchachas. Al final del curso las alumnas que pusieron atención salen aprobadas”. “¿Y las que no la pusieron?” -pregunta alguien.Responde la profesora: “Ésas salen embarazadas”... En el momento de la mayor intimidad la flamante recién casada le dijo con voz de éxtasis a su maridito: “¡Libidiano! ¡Le agradezco a la vida haberte traído a mí!”. “En ese caso -le pide él con febril agitación- manifiesta tu agradecimiento en la forma en que lo hace mi perrito”. “¿Cómo?” -preguntó ella. Contesta él: “¡Meneando la colita!”...Amedia mañana la señora, que estaba con ilícita compañía en su recámara, oyó ruidos en la cocina. Bajó a medio vestir, agitada y llena de turbación. Más nerviosa aún se puso cuando vio que quien hacía los ruidos era Babalucas, su marido, que revisaba ansiosamente el contenido de la alacena. Decía al hacer la revisión: “Pastas, arroz, frijol, harina, aceite, sal, galletas...”. “¿Qué haces?” -le preguntó la señora llena de inquietud. “¡Anda! -replica el badulaque muy molesto-. Unos vecinos mentirosos me dijeron que viniera corriendo a la casa; que me estaban comiendo el mandado”... Aquel conferencista solía decir en sus disertaciones cosas que algunas damas consideraban inconvenientes. Así, un grupo de señoras se puso de acuerdo para salirse de la sala si el hombre empezaba con sus cosas. En efecto, apenas empezó a hablar dijo el conferenciante: “En Francia hay una gran escasez de prostitutas”. Al oír aquello las señoras se pusieron en pie y se dirigieron a la puerta. “No se apresuren -les dice el tipo-. El vuelo a París sale hasta la noche”... El nuevo profesor, que había oído hablar de la fama de Pepito, quiso desacreditarlo frente a sus compañeros. Le dijo: “Aver, si eres tan listo dime: ¿cómo se pueden tapar dos agujeros con un agujero?’’. Pepito se afanó pensando, pero no dio con la respuesta. Confesó avergonzado:“Nolo sé’’. “¿Lo ves? -se burló el profesor.No eres tan listo comomehabían dicho.Mira: así se tapan dos agujeros con un agujero’’. Formó un círculo usando los dedos índice y pulgar de la mano derecha, y con él se cubrió los dos orificios de la nariz.Todos los niños se rieron dePepito.Enese mismo momento Pepito le dice al profesor: “A ver: ahora dígame usted cómo se pueden tapar once agujeros con un agujero’’. Después de pensar un largo rato se rindió el profesor. Le dice Pepito:“Cómprese una flauta y póngasela ya sabe dónde’’...FIN.