EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Aunque Mary Posilla era una ninfa de la noche no había perdido su natural ingenuidad. Tenía como novio y protector a un sujeto de baja estofa llamado Gig O'Lo. Cierto día el rufián le ordenó a Mary que se fuera con un tipo al que ella jamás había visto. "¡Pero, Pimp! -se angustió ella-. ¿Cómo puedes pedirme que me vaya con ese hombre? ¡Hace apenas un mes me dijiste que me ibas a endiosar!". "No oíste bien preciosa -le aclaró el canalla-. Te dije que te iba a endosar"... Silly Kohn y Salsifina, antiguas compañeras de colegio, se encontraron después de varios años de no verse. Le dijo Salsifina a Silly Kohn: "Te ves boyante y próspera. ¿Qué haces?". Respondió Silly: "Soy modelo". Preguntó, interesada, Salsifina: "Y eso ¿deja?". "Claro que deja -contestó la otra-. Si eres buena puedes ganar bastante. Y si eres mala puedes ganar mucho más"... Don Algón, ejecutivo empresarial, tenía un empleado alcohólico, nuestro ya conocido Empédocles Etílez. Se propuso rehabilitarlo, y le ordenó que si un día se embriagaba, al siguiente se presentara ante él y le informara de su recaída. Una mañana se le presentó el temulento. Iba en competente estado de ebriedad. "Jefe -farfulló con tartajosa voz-. Vengo a reportarle que ayer me emborraché". Exclama don Algón muy enojado: "¡Hoy vienes también en estado de ebriedad!". "Es cierto, jefe -reconoció el borrachín con la humildad de los briagos vergonzantes-. Pero la peda de hoy se la reportaré mañana"... Aquella señora iba en su automóvil con su hijo pequeño. Después de largo rato de silencio el niño preguntó al tiempo que miraba a todos lados: "Mami: ¿dónde están los brutos, animales, estúpidos, imbéciles, idiotas y pendejos?". "No te preocupes, hijito -lo tranquilizó la señora-. Ésos salen nada más cuando maneja tu papá"... En el intermedio de la función Afrodisio Pitongo, galán concupiscente, visitó a Clorinela, linda actriz principiante, en su camerino del teatro, y le mostró un brazalete. "¡Es precioso!" -se admiró ella. "Qué bueno que te gusta, linda -le dijo el tenorio-. Podrás estrenarlo al final del acto". "¿Del tercer acto?" -se alegró ella. "No -precisó el lúbrico individuo-. Del acto carnal"... Avaricio Cenaoscuras era un hombre cicatero, sórdido, tacaño, mezquino, miserable, manicorto, roñoso, agarrado, cutre y ruin. Cierta mañana estaba leyendo el periódico, y de repente se echó a llorar. "¿Qué te pasa?" -le preguntó, alarmada su mujer. "¡Mira! -contestó don Avaricio mostrándole un anuncio en el periódico-. ¡Todas las medicinas al 50 por ciento, y yo con esta maldita salud!"... Aquella pareja de casados tenía un cachorro, y el perrito sentía una extraña curiosidad por saber lo que sucedía tras la cortina del baño cuando él o ella se hallaban bajo la regadera. Una mañana la señora se estaba duchando. Como de costumbre, el animalito entró en el baño y empezó a tratar de mover la cortina con la patita. Fue el marido, descorrió la cortina de la regadera donde se estaba bañando su mujer y le dijo al perrito: "¿Lo ves? Aquí no hay nada interesante"... Llegó un político mexicano a un banco de Suiza. Llevaba abrazado estrechamente un maletín. Se acercó al escritorio de uno de los empleados y le dijo en voz baja: "Traigo 20 millones de dólares para depositarlos en su banco". Le indica el empleado: "Puede usted hablar en voz alta señor. Aquí no nos avergonzamos de los clientes pobres"... El señor que había ido a la reunión semanal de la Orden Secreta del Dragón regresó a su casa muy temprano. "¿Qué sucedió, Mandilio? - le pregunta su mujer-. ¿Por qué vienes tan pronto?". "Se suspendió la junta -respondió el tipo tristemente-. Al Gran Dragón Dominador Supremo del Máximo Poder no lo dejó salir su esposa"... La guapa mujer se indignó sobremanera cuando un sujeto se le apersonó en el bar y sin más ni más le dijo que le daría 5 mil pesos si le dejaba darle unas mordiditas en las bubis. "¡No soy esa clase de mujer!" -le dijo hecha una furia. Sin embargo cuando el hombre subió su oferta a 50 mil pesos resultó que sí era esa clase de mujer. Fueron a la parte de atrás del bar y la mujer expuso la materia del contrato. El tipo se aplicó en forma concienzuda a tocar, sobar, frotar, besar y lametear las susodichas partes. Después de un buen rato la mujer, impaciente, preguntó: "¿A qué horas son las mordiditas?". "Nooo -replicó el tipo sin dejar de hacer lo que con tanta dedicación hacía-. Ésas salen muy caras"... FIN.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 774617

elsiglo.mx