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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

El próspero odontólogo les dijo a sus alumnos que originalmente su carrera no iba a ser la odontología. "Mi propósito era estudiar medicina -les contó-. Quería especializarme en proctología, pero finalmente cambié de opinión y me dediqué a la odontología''. Preguntó uno de los estudiantes: "¿Por qué hizo el cambio, maestro?''. "Hice un cálculo de posibilidades -respondió él-. Pensé que todas las personas tienen 32 oportunidades para el odontólogo, y sólamente una para el proctólogo''... Una pareja de novios llamó a la puerta de la casa del juez de paz del pueblo para una licencia de matrimonio. Pasaba ya la media noche, de modo que el juez hubo de dejar la cama para atenderlos. Somnoliento les entregó una licencia, y respondió a la pregunta del ansioso novio, que quería saber si cerca había un hotelito. Poco después, alarmado, el juez se percató de que en lugar de una licencia de matrimonio les había dado una de pesca. Apresuradamente les llamó por teléfono al hotelito y les dijo lleno de zozobra: "¡Suspendan todo! ¡La licencia no es de matrimonio! ¡Es de pesca! ¡No están ustedes casados''. "Demasiado tarde, señor juez -respondió el novio-. Casados no estaremos, pero ya estamos bien pescados''... Un vendedor de pájaros los vendió todos en la plaza, menos un jilguero muy cantador. Como no le quedó ninguna jaula se metió el ave en un bolsillo del pantalón y fue a la iglesia a oír misa. En pleno sermón del sacerdote el jilguero empezó a cantar sonoramente, con lo que le cortó al predicador el hilo de la inspiración. Ordenó, molesto, el párroco: "Salgan inmediatamente los que tengan pájaro''. Todos los hombres se levantaron y salieron, menos un viejito. Va una señora y le dice: "¿No oyó lo que dijo el señor cura? ¿Qué usted no tiene pájaro?''. "Sí tengo -respondió con mansedumbre el ancianito-. Pero el mío ya no canta''... ¿Cuál es la mejor comedia musical que Hollywood ha dado al mundo? Difícil es decirlo. A Víctor Hugo alguien le preguntó una vez: "¿Quién es mejor: Shakespeare o Cervantes?". Aquel facundo y fecundo señor que no necesitaba de preguntas para tener respuestas contestó: "El arte es la región de los iguales, y la obra maestra es igual a la obra maestra". Recordemos algunas de las obras maestras de la comedia musical del cine, y encontraremos que es imposible decir si alguna supera a las demás: "The gay divorce"; "Show Boat"; "El mago de Oz"; "Yankee Doodle Yanqui"; "Siete novias para siete hermanos"; "Oklahoma!"; "South Pacific"; "Un americano en París"; "West Side Story"; "My fair lady"; "Los paraguas de Cherburgo"; "Gigi"... La lista es casi inacabable. Pienso, sin embargo, que si a 10 cinéfilos se les pregunta cuál es la comedia musical que más han disfrutado más, 11 de ellos responderán que es "Singin' in the rain". Y sin embargo cuando en 1952 apareció esa gran película pasó casi inadvertida. No recibió ningún Oscar, y tuvo sólo dos nominaciones secundarias. Más de 20 años hubieron de pasar para que el film fuera revalorizado, y apreciadas por críticos y aficionados sus cualidades de extraordinaria cinta musical. En ella Cyd Charisse, dueña de las piernas más largas, más bellas y más expresivas que en el mundo han sido, hace una apoteosis de la danza. Ahí brilla el brillante talento de bailarín, cantante, coreógrafo y actor de Gene Kelly. Ahí esplenden la gracia de clown de Donald O'Connor, la formidable vis cómica de Jean Hagen y la belleza de esa muchacha del otro lado de la casa, Debbie Reynolds. Leí hace algunas semanas en Milenio un delicioso artículo de José de la Colina acerca de esa obra maestra. En él dice el eminente crítico: "A sus 60 años, Cantando bajo la lluvia no tiene una sola arruga". ¡Qué cierta es esa frase, tan breve y verdadera! Un siglo pasará, o más, y esta película seguirá viva, vívida, porque su música, sus palabras y sus bailes expresan el gozo de vivir, la alegría de poder disfrutar de la belleza, de la risa, de la imaginación y -sobre todo- del amor. Sigamos, pues, cantando bajo la lluvia. Quizá nosotros nos resfriaremos, pero nuestra canción no... FIN.

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