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De telenovela

Periférico

LUIS GUILLERMO HERNáNDEZ ARANDA

Nuevamente Enrique Peña Nieto fue tema en las redes sociales, particularmente en el twitter. El motivo: la publicación de una nota donde se afirmaba que el precandidato presidencial del PRI, pretendía ofrecer al electorado femenino la realización de telenovelas que fomenten nuevos modelos de convivencia.

La noticia generó muchas críticas contra el priista, pero más allá de la reacción inmediata producto del enojo o las preferencias electorales, es necesario reconocer que Peña Nieto no está proponiendo nada que no haya hecho el PRI en 70 años de gobierno, y cuya estrategia ha sido imitada por el PAN en los 12 años que lleva en el poder.

En México por décadas las telenovelas han sido utilizadas como válvula de distracción de los grandes temas nacionales. Basta recordar la década de los ochenta cuando el país sufrió el temblor y las constantes devaluaciones económicas, pero nada era tan importante como ver "Cuna de Lobos", incluso el país se paralizó la noche que este melodrama llegó a su fin.

De acuerdo a la nota publicada el pasado viernes, Peña Nieto quiere utilizar el melodrama para transmitir mensajes morales que ayuden a la convivencia social. ¿Acaso eso no fue lo que hizo Martha Sahagún en el sexenio de Vicente Fox cuando en alianza con la maestra Elba Esther Gordillo y el Sindicato de Maestros produjo los programas Guía de Padres, donde por medio de pequeños melodramas buscaban transmitir valores a la sociedad?, donde por cierto al igual que en las telenovelas se privilegiaba la virginidad, la sumisión de la mujer que al final tendría su recompensa; el esfuerzo como estrategia del pobre para progresar legítimamente en la vida y la astucia como estrategia del rico para sobrevivir a la desgracia. |

Diversos investigadores han estudiado el fenómeno de la telenovela en Latinoamérica, particularmente en México, como medio de sometimiento social.

Por ejemplo Nora Mazziotti, de la Universidad Autónoma de Barcelona, en su texto "Modelos y tendencias hegemónicas en las telenovelas latinoamericanas: un recorrido por las principales estéticas", afirma que:

"En el contexto de las luchas y los sufrimientos que causan el desempleo, la violencia, la pobreza y la exclusión social [...] la ficción televisiva se convierte en uno de los pocos lugares en donde sueñan, se miran, se refugian, se emocionan y se comparten nuestras precarias y acosadas identidades".

En México las diferencias entre las series y las telenovelas son prácticamente nulas, sobre todo porque en este país la mayoría de las producciones está basada en el melodrama. En este escenario la estrategia que plantea Peña Nieto fue la misma que utilizó el presidente Felipe Calderón y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, al invertir 118 millones de pesos en Televisa para producir el programa "El Equipo", con el fin de "contrarrestar la campaña mediática, de mantas y marchas de la delincuencia".

Otros ejemplos del uso de la telenovela en la política en 2006 cuando En "La fea más bella", en uno de los diálogos los personajes comentan que ellos van a votar por Felipe Calderón o cuando el entramado narrativo sirve para justificar planes y acciones gubernamentales que van desde asuntos de seguridad pública ("Llena de amor", 2010) hasta programas y acciones de gobierno ("Pasión morena", 2009). Además para promocionar un estado en particular como lo fue Jalisco con la telenovela "Las Tontas no van al cielo" (2008) donde el Gobierno Estatal emanado del PAN, dio a la producción 30 millones de pesos.

Incluso es importante recordar como en 1988 la historia de "Senda de Gloria" fue cortada abruptamente para no apoyar la imagen de Cuauhtémoc Cárdenas que buscaba la Presidencia de la república y encabezaba las preferencias de los ciudadanos. En ese año se retransmitía "Senda de Gloria", que había salido al aire originalmente en 1986, y en ella se contaba la historia de la Revolución Mexicana desde Porfirio Díaz hasta Plutarco Elías Calles y terminaba con la expropiación petrolera. La telenovela se transmitía los sábados en capítulos especiales muy largos y en plenas campañas políticas para las elecciones del 88, por lo que abruptamente se suspendió la transmisión para no ensalzar la figura de Lázaro Cárdenas, papá de Cuauhtémoc.

Las telenovelas siempre han sido utilizadas por los políticos mexicanos, así que no es novedad lo que plantea Peña Nieto, lo cuestionable resulta que lo haga cuando un país tiene 40 mil muertos, serios problemas económicos, aunado a su cercanía con la máxima productora de telenovelas que es Televisa y a que está casado con la actriz Angélica Rivera. A pesar de que el sábado el PRI saliera a desmentir la noticia, el daño ya estaba hecho.

De esta forma nuevamente resulta ofensivo para la inteligencia que en este país se diseñen políticas públicas -esto con dobles comillas- que consisten en producir un programa de televisión para creer que en realidad vivimos en un país más seguro.

No por nada en 1973 el actor Claudio Brook declaró que las telenovelas son el opio del pueblo a lo que Miguel Alemán Velasco, importante priista y directivo de Televisa, respondió: "si es opio, pero del bueno".

lharanda@elsiglodetorreon.com.mx

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